📝HISTORIA EN BREVE

  • Los estrógenos podrían tener una relación con algunos riesgos graves para la salud, incluyendo el cáncer. En diciembre de 2002, los Institutos Nacionales de Salud agregaron los estrógenos esteroides que se utilizan en la terapia de reemplazo de estrógenos, al igual que los anticonceptivos orales, a su lista de carcinógenos humanos conocidos
  • La exposición al estrógeno sintético está en aumento debido a la contaminación del medio ambiente y al uso generalizado de sustancias químicas de estrógeno en productos de consumo
  • Un estudio de enero de 2024 identificó 279 compuestos estrogénicos que se encuentran en productos de consumo y que podrían provocar tumores mamarios en animales. Otros 642 productos químicos podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama al estimular la señalización de estrógeno o progesterona
  • El predominio de estrógenos, que es una característica de niveles altos de estrógeno, podría tener una relación con la obesidad, en especial alrededor de los muslos, las caderas y los glúteos
  • Las estrategias para disminuir la exposición al estrógeno incluyen evitar productos sintéticos, elegir opciones naturales y apoyar la salud del hígado. Realizar cambios en el estilo de vida, cómo mantener un peso saludable, disminuir el uso de plástico y controlar el estrés, también podrían ayudar a reducir los niveles de estrógeno y los riesgos de salud asociados con esto

🩺Por el Dr. Mercola

Aunque el reemplazo de estrógeno por lo general se considera beneficioso para las mujeres que entran en la menopausia, un análisis más detallado demuestra que podría provocar graves problemas y que, de hecho, no debería tener niveles altos de estrógeno.

Originalmente llamado adipin, el estrógeno debe su nombre a su relación con el aumento de peso, como en el tejido adiposo (graso). A mediados de los años 50, cuando la industria farmacéutica empezó a promover los estrógenos sintéticos, esta información paso a la historia.

Uno de los primeros estrógenos sintéticos más graves fue el dietilestilbestrol (DES), que provocaba malformaciones y muertes fetales, así como cáncer en las madres que lo tomaban. Luego, el DES fue retirado y prohibido en humanos.

El DES no es un estrógeno en sí, sino más bien una sustancia química que imita las funciones del estrógeno al activar los receptores de este. De hecho, el DES podría activar estos receptores con más fuerza que el estrógeno natural. Esto es un indicador de que el exceso de estrógeno es un motivo de preocupación. Los estudios que analizan los efectos del estrógeno y de las sustancias químicas estrogénicas se agregan a la evidencia.

El estrógeno es cancerígeno

En diciembre de 2002, los Institutos Nacionales de Salud agregaron los estrógenos esteroides, que se utilizan en la terapia de reemplazo de estrógenos, al igual que los anticonceptivos orales, a su lista de carcinógenos humanos CONOCIDOS.1 En mi opinión, el estrógeno y el exceso de ácido linoleico son las dos razones principales de la mayoría de los tipos de cáncer.

Asimismo, los estudios de la Iniciativa para la Salud de la Mujer (WHI), que comenzaron en 1991,2 demostraron que la terapia de reemplazo de estrógenos en mujeres en periodo menopáusico aumentó el riesgo de ataques cardíacos, derrames cerebrales, demencia, enfermedad de Parkinson y cáncer, no sólo en el seno, sino en todos los órganos reproductivos de las mujeres.

En octubre de 2023, entrevisté a Georgi Dinkov, investigador de bioenergética, sobre los peligros del estrógeno.

Como indicó Georgi en una publicación reciente de su blog,3 al parecer, esa entrevista “tocó una fibra sensible” de un médico que “se tomó la molestia de escribir una publicación extensa en un blog tratando de desacreditar el hecho ya establecido de que el estrógeno es un carcinógeno, al afirmar que la mayoría de esos datos provienen de los estudios WHI, que ahora se consideran incorrectos, por lo que el estrógeno no puede considerarse carcinógeno”.

En respuesta, Georgi le envió al médico una lista larga, aunque no exhaustiva, de artículos y estudios académicos que demuestran que el estrógeno es en realidad un carcinógeno mutagénico, así como evidencia que demostraba que cualquier sustancia química con propiedades estrogénicas representa una amenaza muy grave para la salud.

Cientos de sustancias químicas de uso diario podrían tener relación con un riesgo mayor de cáncer de mama

Un artículo de enero de 20244 de la revista Environmental Health Perspectives, identificó 279 compuestos estrogénicos que por lo regular se encuentran en productos de consumo que podrían provocar tumores mamarios en animales, así como otras 642 sustancias químicas que podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama al estimular la señalización de estrógeno o progesterona. De acuerdo con lo que informó la revista Environmental Health News:5

“Un nuevo estudio encontró que más de 900 sustancias químicas, que por lo regular se encuentran en productos de consumo y en el medio ambiente, podrían tener una relación con el riesgo de cáncer de mama. El estudio... identificó 921 sustancias químicas que podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama, y descubrió que el 90 % están presentes en productos de consumo, alimentos, bebidas, pesticidas, medicamentos y lugares de trabajo.
La lista incluye sustancias químicas como parabenos y ftalatos, que por lo general se encuentran en el maquillaje y en productos para el cuidado de la piel y el cabello, al igual que múltiples ingredientes de pesticidas, incluyendo malatión, atrazina y triclopir, que se utilizan en alimentos y en productos domésticos para el control de plagas en los Estados Unidos.
En los últimos años, se han disparado los índices de cáncer de mama en las mujeres jóvenes.6 Entre 2010 y 2019, los diagnósticos en personas de 30 a 39 años aumentaron un 19.4 %, mientras que en las de 20 a 29 años las tasas aumentaron un 5.3 %. Este cambio es demasiado repentino como para considerarlo como algo genético, por lo que los investigadores han comenzado a investigar los posibles factores ambientales que podrían causar la enfermedad.
Un estudio de 20207 encontró que las mujeres que usaban productos químicos para alisar el cabello más de seis veces al año tenían un riesgo de cáncer de mama 30 % mayor que aquellas que no usaban dichos productos. Esos productos por lo general contienen uno o más de los químicos identificados que aumentan el riesgo de cáncer de mama”.

Los artículos de uso diario podrían exponerlo a niveles peligrosos de estrógeno

En la actualidad, se han desarrollado muchos compuestos sintéticos, en especial plastificantes, los cuales tienen propiedades estrogénicas. Estos compuestos también son conocidos como disruptores endocrinos y xenoestrógenos.

El DES tiene una composición muy similar al bisfenol-A (BPA), el cual fue prohibido en 2012 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para su uso en biberones y vasos para bebés.8 Muchos pesticidas, conservadores, contaminantes orgánicos, medicamentos e incluso textiles también tienen propiedades estrogénicas. Por ejemplo, el poliéster y el elastano contienen niveles elevados de BPA que imitan al estrógeno.9 Como indicó Georgi:10

“Parece que todo el tiempo estamos nadando en un mar tóxico de casi 1000 sustancias químicas con dichas propiedades (también conocidas como xenoestrógenos) y dado que se encuentran por todas partes, incluyendo en los alimentos, los medicamentos, la industria, los hogares, los hospitales e incluso en la naturaleza, no es sorprendente que las personas de los países occidentales están más enfermas que nunca.
Tomando en cuenta la gran cantidad de sustancias químicas involucradas y que es casi imposible evitarlas, mantener la tasa metabólica alta (ayuda con la excreción de xenoestrógenos) y el uso de sustancias químicas antiestrogénicas (por ejemplo, vitamina E, progesterona, pregnenolona, ​​aspirina, DHT, antihistamínicos, etc) se vuelve mucho más importante”.

La función fisiológica del estrógeno

Las propiedades cancerígenas del estrógeno podrían explicarse, en parte, por su potencial para aumentar la capacidad de las células para retener agua. Esta es la razón por la que las mujeres con predominio de estrógenos son vulnerables a sufrir edema (retención de líquidos). La inflamación celular es una característica de la respuesta al estrés y una señal de proliferación en las células.

Durante la fase folicular del ciclo menstrual, el estrógeno estimula el revestimiento y los folículos del útero para que se inflamen y multipliquen, con el fin de prepararse para la fertilización de un óvulo. Asimismo, durante y después del embarazo el tejido mamario se inflama y crece para producir leche.

Sin embargo, la inflamación y proliferación en las células también son dos características del cáncer. De hecho, la palabra oncología proviene de la palabra griega “oncos”, que significa inflamación.

En su libro escrito en 1977, titulado:"From PMS to Menopause: Female Hormones in Context",11 12 Ray Peat menciono que se ha demostrado que el estrógeno podría replicar la fase de shock de la reacción de estrés en los animales. De acuerdo con Ray, los estrógenos estimulan la división celular, lo que provoca que las células absorban más agua.

Este es uno de los mejores libros sobre salud que he leído. Por el momento está agotado y los revendedores lo venden hasta en 350 dólares. Espero poder hablar con la viuda de Ray a finales de este año y pedir permiso para volver a publicar su libro con una nueva editorial llamada Joy House, y espero que podamos volver a publicarlo este año.

Ray creía que el estrógeno es un inhibidor metabólico que ralentiza la producción de energía en la célula. Por su parte, Otto Warburg, quien dio nombre al efecto Warburg, afirmó que "la causa principal del cáncer es el reemplazo de la respiración de oxígeno en las células normales del cuerpo por una fermentación del azúcar".

En otras palabras, esto sucede cuando el cuerpo tiene suficiente oxígeno para quemar (oxidar) la glucosa en las mitocondrias, pero, en lugar de eso, saca la glucosa de las mitocondrias y la transporta al citoplasma para oxidarla o quemarla en la glucólisis y producir lactato. Ésta es la forma común de producir energía en las células cancerosas.

No es que el cáncer queme azúcar como combustible, es que las células cancerosas están enfermas y no pueden quemar glucosa de forma efectiva en sus mitocondrias, por lo que deben cambiar para quemar glucosa de manera ineficiente en la glucólisis en el citoplasma, a pesar de tener suficiente oxígeno. Por lo general, esto se debe a una disfunción metabólica en las mitocondrias.

En pocas palabras, esto significa que cualquier cosa que limite o impida la capacidad de las células para quemar glucosa de manera efectiva en las mitocondrias podría provocar cáncer y, según Ray, eso es lo que hace el estrógeno.

La obesidad, en especial en las mujeres, podría ser provocada por el estrógeno

El estrógeno también podría favorecer la acumulación de grasa alrededor de los muslos, las caderas y los glúteos a través de varios mecanismos. El estrógeno influye en el lugar donde se almacena la grasa en el cuerpo. Las mujeres tienden a almacenar grasa en estas zonas debido a que tienen niveles más elevados de estrógeno que los hombres. Este patrón a menudo se denomina como tipo de cuerpo "en forma de pera".

Los estrógenos también favorecen la diferencia y proliferación de células grasas (adipocitos) en la capa de grasa subcutánea, que es más frecuente en los muslos, las caderas y los glúteos y, por lo tanto, la grasa se almacena en mayor medida en estas zonas.

Como lo comenté antes, el estrógeno también influye en la regulación del metabolismo, incluyendo el metabolismo de la glucosa y de los lípidos. Los niveles elevados de estrógeno podrían promover la absorción y almacenamiento de ácidos grasos en el tejido adiposo, lo que favorece que se acumule grasa en la parte inferior del cuerpo.

Las interacciones hormonales y la señalización celular también influyen. El estrógeno interactúa con otras hormonas involucradas en el metabolismo de las grasas, como la insulina y el cortisol, y estas interacciones podrían influir en la deposición y distribución de la grasa en el cuerpo, lo que favorece su almacenamiento en la parte inferior del cuerpo.

Por último, el tejido adiposo contiene receptores de estrógeno, y la señalización de estrógenos podría afectar de forma directa la función y actividad de las células grasas. Promueve la expresión de genes involucrados en el almacenamiento de grasa y suprime los genes relacionados con la descomposición de la misma.

El ayuno no es la solución

Al contrario de lo que la mayoría de las personas piensa, el ayuno prolongado no es la solución si está tratando de remodelar un tipo de cuerpo con forma de pera.13 La razón de esto es que el ayuno recurrente muchas veces termina quemando más músculo que grasa. Como informó el periódico The Times of India hace siete años:14

"La Dra. Purwa Duggal menciona que la grasa rebelde que se encuentra en zonas como el abdomen, los muslos, las caderas, los glúteos, etc. podría tener relación con el nivel elevado de estrógeno. Pasar hambre durante mucho tiempo no significa quemar grasa. Al principio, podría provocar desgaste muscular o utilizar las reservas de glucógeno.
Las catecolaminas, que son hormonas de lucha o huida y que se producen en el cuerpo en respuesta al estrés, son necesarias para quemar grasa. ‘El flujo sanguíneo a las zonas de grasa rebelde suele ser muy deficiente, por lo que las catecolaminas no pueden llegar a dicha zona para movilizar la grasa. Incluso si la grasa se moviliza, mientras continúa en el torrente sanguíneo podría volver a depositarse en las áreas originales', añade la Dr. Purwa".

Cómo disminuir sus niveles de estrógeno

Además de evitar los estrógenos y los xenoestrógenos, una de las estrategias más importantes es tomar progesterona natural. La mayoría de las fórmulas no son efectivas ya que se administran por vía oral o transdérmica. Lo mejor es disolverla en vitamina E de alta calidad con aceite MCT y frotarlo sobre las membranas mucosas. Las dosis más comunes son de 25 a 50 mg una o dos veces al día.

Tomando en cuenta los riesgos asociados con el exceso de estrógeno, aquí hay algunas estrategias que podrían ayudarle a limitar su exposición y reducir su carga de estrógeno:

Evite los estrógenos sintéticos: disminuya la exposición a estrógenos sintéticos, como los que se encuentran en la terapia de reemplazo hormonal y los anticonceptivos orales. Consulte con un profesional de la salud calificado sobre tratamientos alternativos o métodos anticonceptivos que utilicen una cantidad menor de estrógeno.

Elija productos naturales: elija productos de cuidado personal naturales y orgánicos, incluyendo maquillaje y productos para el cuidado de la piel y el cabello, con el fin de reducir la exposición a productos químicos sintéticos, como parabenos y ftalatos, los cuales tienen propiedades estrogénicas.

Reduzca la exposición a pesticidas: siempre que sea posible, elija productos orgánicos para reducir la exposición a los pesticidas, muchos de los cuales tienen efectos estrogénicos. Lavar muy bien las frutas y vegetales también podría ayudar a eliminar los residuos de pesticidas.

Revise los productos de su hogar: muchos productos de limpieza para el hogar, detergentes para ropa y aromatizantes ambientales contienen sustancias químicas con propiedades estrogénicas. En su lugar, elija opciones naturales y no tóxicas o prepare sus propios productos de limpieza con vinagre, bicarbonato de sodio y aceites esenciales.

Evite los envases de plástico: disminuya el uso de recipientes de plástico y empaques de alimentos, ya que podrían filtrar compuestos estrogénicos a los alimentos y bebidas. En su lugar, utilice recipientes de vidrio o de acero inoxidable para almacenar alimentos.

Mantenga un peso saludable: trate de mantener un peso y una composición corporal saludables mediante una alimentación balanceada y ejercicio regular. El exceso de grasa corporal, en especial alrededor de los muslos, las caderas y los glúteos, podría contribuir a niveles elevados de estrógeno.

Apoye la salud hepática: apoye la función hepática, ya que el hígado influye de manera significativa en el metabolismo y eliminación del exceso de estrógeno del cuerpo. Lleve una alimentación nutritiva, disminuya el consumo de alcohol y considere agregar hierbas y suplementos que beneficien el hígado, como el cardo mariano o la raíz de diente de león.

Promueva el equilibrio hormonal: pruebe enfoques naturales para promover el equilibrio hormonal, como consumir vegetales crucíferos (brócoli, coliflor y col rizada entre otros) y semillas de lino, que contienen compuestos que favorecen el metabolismo de los estrógenos y la desintoxicación.

Disminuya el estrés: controle el estrés a través de técnicas de relajación, como meditación, yoga, ejercicios de respiración profunda o pasar tiempo en la naturaleza. El estrés crónico podría alterar el equilibrio hormonal, incluyendo los niveles de estrógeno, por lo que es esencial aprender a reducirlo.