HISTORIA EN BREVE

• En los Estados Unidos, casi 25 millones de adultos padecen alguna dolencia diariamente y muchos de ellos toman medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre (OTC) para evitar su malestar

• Las investigaciones demuestran un alto riesgo de ataque cardíaco asociado con el diclofenaco, un AINE de venta libre que los investigadores recomiendan que sea declarado un medicamento recetado; la información también reveló que el ibuprofeno y naproxeno aumentan un 30 % más el riesgo de ataque cardíaco, en comparación con no tomar ningún medicamento

• Los riesgos asociados con los AINE incluyen hemorragia gastrointestinal, pérdida de la audición, abortos espontáneos y mayor riesgo de pérdida ósea

• Considere el uso de varias estrategias naturales para reducir la inflamación y el dolor sin efectos secundarios que generan cambios en su vida

Por el Dr. Mercola

En los Estados Unidos, casi 25 millones de adultos padecen alguna dolencia diariamente, mientras que 23 millones reportan experimentar dolor severo. De hecho, el dolor afecta a más habitantes en este país que la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer en conjunto, además se le conoce como la razón más común por la que las personas buscan atención médica.

El dolor es uno de los principales culpables de la alta cifra de gastos de atención médica y una de las principales causas de incapacidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en el mundo, por lo menos la mitad de la población adulta experimentó al menos un dolor de cabeza en el último año.

En un esfuerzo por aliviar el dolor, muchos recurren al uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los cuales se suelen recetar después de una lesión, para aliviar cólicos menstruales y para reducir la fiebre o dolor de cabeza. En los Estados Unidos, se prescriben casi 70 millones de recetas y se consumen 30 mil millones de dosis que incluyen AINE de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés).

Aunque pueden parecer inofensivos, ya que se venden en tiendas locales, según estimaciones cada año más de 105 000 personas son hospitalizadas por los efectos secundarios de estos medicamentos y más de 16 000 mueren. Los efectos secundarios a largo plazo de los AINE son variados, pero la investigación demuestra que su uso a corto plazo aumenta significativamente el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

El analgésico de venta libre aumenta su riesgo de ataque cardíaco

Un estudio reciente publicado en la revista BMJ examinó el riesgo cardiovascular de las personas que tomaban el AINE diclofenaco (que se comercializa en los Estados Unidos con los nombres de Voltarol o Voltaren), en comparación con otros AINE tradicionales. Los investigadores daneses utilizaron 252 estudios de cohorte que imitaban el diseño estratégico, lo que incluyó a más de 6.3 millones de adultos que tenían al menos un año de registros de prescripción continua.

Analizaron su información para evaluar el riesgo de incidentes cardiovasculares graves dentro de los 30 días después de la primera dosis de diclofenaco, naproxeno, ibuprofeno o paracetamol. El equipo liderado por el Dr. Morten Schmidt del Hospital Universitario de Aarhus en Dinamarca, concluyó que las tasas de eventos adversos en quienes tomaban diclofenaco eran 50 % más altas que en aquellos que no tomaron AINE.

Los eventos adversos documentados incluyen fibrilación auricular, accidente cerebrovascular isquémico, insuficiencia cardíaca e infarto de miocardio. Los resultados del estudio llevaron a los investigadores a hacer fuertes recomendaciones para el uso clínico y estudios a futuro:

"Es hora de reconocer el posible riesgo que plantea el diclofenaco y así reducir su uso. El diclofenaco no debe estar disponible sin receta, y cuando se prescriba, debe ir acompañado de una advertencia en el empaque sobre sus riesgos potenciales.
Además, la elección de usar diclofenaco como grupo de referencia para proporcionar evidencia de la seguridad de los inhibidores selectivos de COX-2 representa un posible defecto en los ensayos de seguridad.
En el futuro, los ensayos deben usar dosis bajas de ibuprofeno (≤1200 mg/día) o naproxeno (≤500 mg/día) como parte del proceso. En conclusión, nuestra información respalda que el inicio del consumo de diclofenaco plantea un riesgo para la salud cardiovascular, tanto en comparación con no consumir paracetamol como frente al uso de otros AINE tradicionales".

Cuando se compararon esos resultados con el ibuprofeno y naproxeno, los investigadores encontraron que tales medicamentos aumentaban en un 30 % el riesgo de incidentes cardiovasculares en comparación con no tomar medicamentos. Los resultados de este estudio confirman las conclusiones de estudios previos que también encontraron que tomar naproxeno e ibuprofeno plantea un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

A pesar de las advertencias de la FDA, el uso de los AINE continúa en aumento

En 2005, la FDA solicitó a los fabricantes de AINE de venta sin receta médica que revisaran el etiquetado en sus envases para proporcionar información más específica sobre los posibles riesgos cardiovasculares y gastrointestinales. Las etiquetas también debían recordarles a los pacientes limitar la dosis y duración del tratamiento, ya que estos medicamentos no están hechos para su uso a largo plazo.

En julio de 2015, la FDA reforzó esas advertencias sobre la base de una revisión exhaustiva de la información de seguridad y las actualizaciones requeridas en las etiquetas de todos los AINE recetados, e indicó lo siguiente:13

"El riesgo de padecer un ataque cardíaco y accidente cerebrovascular provocado por los AINE, que pueden ocasionar la muerte, se describió por primera vez en 2005 en las secciones de Advertencia de Peligro y Precauciones Especiales de las etiquetas de los medicamentos recetados.
Desde entonces, hemos revisado una gran variedad de nueva información sobre la seguridad de los AINE de prescripción y venta libre, incluidos estudios observacionales, un gran análisis combinado de ensayos clínicos y otras publicaciones científicas".

A pesar de estas advertencias, la cantidad de AINE recetados o comprados sin receta no ha disminuido. La advertencia inicial de la FDA se produjo poco después de que Merck retirara voluntariamente del mercado el medicamento Vioxx, un AINE inhibidor de la COX-2. Se estima que de los 4 millones de personas en el país que tomaron Vioxx antes de su retiro del mercado, 140 000 sufrieron ataques cardíacos que resultaron en un estimado de 60 000 muertes.

Aunque algunos creen que tomar AINE durante un corto período de tiempo no aumenta su riesgo, los investigadores hallaron que hay mayor riesgo pocos días después de comenzar a tomar estos medicamentos.

Con datos de varios estudios a gran escala, este análisis demostró que quienes tomaron AINE durante una semana tuvieron un riesgo significativamente mayor de sufrir un ataque cardíaco, donde el riesgo más alto se observó entre aquellos que los tomaron durante un mes.

Curiosamente, en este estudio el riesgo no pareció aumentar más después de 30 días. Los investigadores teorizaron que esto ocurrió debido a que quienes eran más vulnerables a los efectos del medicamento habrían experimentado problemas cardíacos dentro de los primeros 30 días.

Después de ajustar los posibles factores relacionados con la enfermedad cardíaca, como la diabetes, los niveles de colesterol y el historial previo de enfermedades cardíacas, el vínculo continuó siendo significativo. Aunque este estudio confirmó que los inhibidores selectivos de la COX-2 desencadenaron problemas cardíacos, también demostró que los AINE tradicionales, como el ibuprofeno, conllevan riesgos similares.

Cómo funcionan los AINE

Los AINE de venta libre incluyen a los medicamentos aspirina, ibuprofeno y naproxeno. Todos los AINE trabajan inhibiendo la enzima ciclooxigenasa (COX), que el cuerpo usa para crear prostaglandinas. La enzima COX se divide en dos tipos: COX-1 y COX-2. Los medicamentos AINE de venta libre abordan ambos, sin embargo, los AINE con receta son inhibidores selectivos de la COX-2.

El bloqueo de las enzimas COX-2 reduce la producción de prostaglandinas, que son sustancias químicas que promueven la inflamación, el dolor y la fiebre. Sin embargo, las prostaglandinas también protegen el revestimiento del estómago y de los intestinos, de los efectos dañinos del ácido.

El uso a largo plazo de los AINE de venta libre puede ocasionar gastritis erosiva y provocar hemorragia intestinal o incluso perforación. Los inhibidores selectivos de la COX-2 se desarrollaron específicamente para reducir este efecto secundario. El único inhibidor de la COX-2 que se encuentra actualmente en el mercado de los Estados Unidos es el Celebrex (celecoxib), los demás inhibidores de la COX-2 se prohibieron en los Estados Unidos, entre los que se encuentran los siguientes:

·       Vioxx (rofecoxib): retirado en 2004 luego de que se reportaran riesgos cardiovasculares

·       Bextra (valdecoxib): retirado del mercado en 2005 debido a riesgos cardiovasculares

·       Prexige (lumiracoxib): retirado luego de preocupaciones por daño hepático severo

·       Arcoxia (etoricoxib): disponible en muchos países, pero no en los Estados Unidos

·       Dynastat (parecoxib): un medicamento inyectable que no está disponible en Estados Unidos

Más riesgos asociados con los AINE

La reducción y producción de prostaglandinas aumenta el riesgo de hemorragia gastrointestinal, así como de pérdida de la audición. Un estudio sugirió que tomar una aspirina, paracetamol o ibuprofeno dos o más veces a la semana provocaba pérdida de la audición, sobre todo en los hombres más jóvenes.

La información del estudio titulado “Nurse's Health Study”, que incluyó datos de más de 55 000 mujeres, halló que quienes usaron AINE o acetaminofén de forma regular durante seis años, tenían entre un 9 y 10 % de mayor riesgo de pérdida auditiva, en comparación con la década anterior. El Dr. Gary Curhan del Hospital Brigham y de la Mujer, y autor principal del estudio, comentó:

"Me preocupa que las personas piensen que los AINE y el acetaminofén son totalmente seguros y que no necesitan pensar en sus posibles efectos secundarios. Sin embargo, trato de exhortar a los pacientes, sobre todo a quienes los toman para tratar el dolor crónico, a descubrir qué está causando el malestar, y no lo que pueden tomar para intentar aliviar el dolor".

Las mujeres en edad fértil también deben ser conscientes de que tomar AINE en el momento de la concepción o al principio del embarazo, aumenta significativamente el riesgo de aborto espontáneo durante las primeras ocho semanas. La reducción de la producción de prostaglandinas con los AINE provoca complicaciones en la implantación y aumenta el riesgo de un aborto espontáneo.

Dado que reducen la inflamación y el dolor, algunas personas los usan antes o después de un entrenamiento particularmente arduo o de larga duración, con el fin de reducir la inflamación muscular o articular. Sin embargo, el estudio de un profesor de kinesiología en la Universidad de Saskatchewan encontró que aquellos que usaron ibuprofeno inmediatamente después de hacer ejercicio experimentaron más pérdida ósea que aquellos que no tomaron medicamentos.

Las prostaglandinas ayudan a prevenir la pérdida ósea o formación de hueso. El entrenamiento con pesas puede aumentar la producción de prostaglandinas, lo que puede prevenir la pérdida ósea. Tomar antiinflamatorios no esteroides, inhibe la liberación de prostaglandinas, lo que elimina cualquier efecto beneficioso en los huesos luego de un entrenamiento con pesas.

Alternativas más seguras para el alivio del dolor

Gran parte del alivio del dolor que brinda el ibuprofeno y otros AINE es la reducción de la inflamación. Sin embargo, existen alternativas más seguras para reducir la inflamación que no involucran medicamentos.

Considere buscar la ayuda de un especialista en dolor que esté familiarizado con los tratamientos alternativos, ya que le pueden ayudar a aliviar el dolor a corto plazo mientras que a su vez identifica la causa subyacente.

El dolor es la forma en que su cuerpo comunica que algo anda mal, por lo que sufrir un dolor severo o padecer un dolor crónico puede afectar rápidamente su vida. Ya sea que experimente una lesión a corto plazo o sufra de dolor crónico, es vital que identifique la causa.

Cuando se usan con precaución y de forma correcta, los analgésicos recetados cumplen una función, pero usarlos todos los días los hace peligrosos. Para experimentar un alivio duradero, la mayoría de las personas considera requerir más de una modalidad para reducir la inflamación de su cuerpo, lo que incluye realizar cambios en su alimentación. Se trata de un proceso a prueba y error con el fin de encontrar la combinación que mejor le funcione.

Acupuntura: se estima que en los Estados Unidos 3.5 millones de personas usan la acupuntura para aliviar el dolor asociado con una serie de afecciones físicas, que incluyen la fibromialgia, las migrañas, el dolor de espalda o las lesiones. Esta técnica terapéutica se ha utilizado durante miles de años para reequilibrar su cuerpo.

Alimentos procesados y azúcar: los alimentos procesados no solo contienen azúcar y aditivos, sino que también están repletos de grasas omega-6, lo que altera el equilibrio de la proporción de omega-3 a omega-6. Esto a su vez contribuye a la inflamación, un factor clave en la presencia del dolor.

Debe evitar y eliminar el azúcar, especialmente la fructosa, ya que aumenta sus niveles de insulina y leptina, que son unos de los estimuladores más importantes de la producción inflamatoria de prostaglandinas. Esta es la razón por la que eliminar el azúcar y los granos es tan importante para controlar el dolor.

Vitamina D: optimizar la producción de vitamina D mediante la exposición adecuada al sol es útil para reducir el dolor por medio de varios mecanismos distintos.

Técnicas de Libertad Emocional (EFT): la EFT (por sus siglas en inglés) puede ayudar a reducir el dolor y la incomodidad al reducir el estrés.

Grasas omega-3: las grasas EPA y DHA que hay en el omega-3 de origen animal han demostrado reducir la inflamación y ejercer un beneficio para el alivio del dolor en muchos estudios clínicos y en animales. Las mejores fuentes alimenticias incluyen la caballa, arenque, anchoas y salmón silvestre de Alaska. Si no incluye estos productos en su alimentación considere tomar un suplemento de aceite de kril de alta calidad.

Crema de Cayena: también llamada crema de capsaicina, esta especia proviene de los pimientos picantes secos. Alivia el dolor al agotar el suministro de sustancia P en el cuerpo, un componente químico de las células nerviosas que transmite señales de dolor al cerebro.

Cetil Miristoleato (CMO): es un aceite que se encuentra en el pescado y la mantequilla, el cual actúa como "lubricante para las articulaciones" y antiinflamatorio. También está disponible como preparación tópica.

Aceite de onagra vespertina, grosella negra y borraja: estos aceites contienen el ácido gamma-linolénico (GLA), que es útil para tratar el dolor artrítico.

Bromelina: es una enzima proteolítica, que se encuentra en las piñas y es un antiinflamatorio natural. Se puede tomar en forma de suplemento, pero comer piña fresca también podría ser útil. Tenga en cuenta que la mayor parte de la bromelina se encuentra en el corazón de la piña, así que considere conservar un poco del núcleo pulposo cuando consuma la fruta.

Boswellia: esta hierba también conocida como boswellina o "incienso indio", contiene poderosas propiedades antiinflamatorias, que se han considerado valiosas durante miles de años.

Curcumina: es el principal compuesto terapéutico de la cúrcuma. Se ha demostrado que la curcumina tiene una poderosa actividad antiinflamatoria, además de haber demostrado en cuatro estudios su capacidad para reducir los efectos adversos asociados con el Tylenol.

Jengibre: una hierba antiinflamatoria que ofrece propiedades analgésicas y para el alivio del dolor. El jengibre fresco funciona bien como té o rallado en jugo de vegetales.

Astaxantina: es uno de los antioxidantes liposolubles más efectivos que se conocen, la astaxantina tiene propiedades antiinflamatorias muy poderosas. Por lo general, se requieren dosis muy altas y se podrían necesitar 8 miligramos o más al día para obtener dicho beneficio.