📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones demuestran que el aceite de canola disminuye significativamente la memoria y tiene un impacto importante en el control de peso
  • El aceite de canola no es una grasa saludable y esencial para el cerebro; es elaborado de plantas de colza transgénicas para reducir los niveles tóxicos de ácido erúcico para los humanos, y atraviesa un proceso de varios baños químicos antes de ser blanqueado
  • Las opciones más saludables incluyen a la mantequilla orgánica de animales alimentados con pastura, aceite de coco virgen, ghee (mantequilla clarificada) y manteca de cerdo para cocinar, así como aceite de oliva para usos no culinarios

🩺Por el Dr. Mercola

De acuerdo con un estudio realizado por AARP,1 el 93 % de las personas en Estados Unidos está preocupado por su salud cerebral, pero muy pocos han entendido algunas de las estrategias naturales que podrían aplicar para mejorarla.

Contrario a la creencia popular, la función cerebral y el rendimiento cognitivo no tienen que disminuir con el envejecimiento. Hay medidas que podría aplicar para influir en su memoria, procesamiento, funciones ejecutivas y más.

Incluso, si ya se encuentra en sus "años dorados", hacer algunos cambios sencillos podría mejorar su salud cerebral. Por ejemplo, alguna vez se creyó que las neuronas solo se generaban en las primeras etapas de vida; ahora, los científicos saben que la neurogénesis (producción de nuevas neuronas) continúa durante la adultez.2

Aún se explora qué es lo que influye exactamente en la tasa de creación de nuevas neuronas, al igual que otros factores que desempeñan un rol en la salud cerebral.

Por ejemplo, las investigaciones recientes, han descubierto el daño cerebral que desencadena el consumo del aceite de canola, y el efecto que esto podría tener en la memoria y capacidad de aprendizaje.3

El estudio, publicado en la revista Nature, también encontró que consumir aceite de canola incrementaba el aumento de peso.

El aceite de canola afecta negativamente en la salud cerebral y el control del peso

El estudio fue dirigido por el Dr. Domenico Praticò, de la Facultad de Medicina Lewis Katz en la Universidad de Temple, en Filadelfia, Pensilvania. Praticò comentó para el periódico Los Angeles Times que el aceite de canola era percibido por muchas personas como una opción saludable, la cual es una idea equivocada y generalizada:4

"El aceite de canola es atractivo porque es más económico, en comparación con otros aceites vegetales, y se publicita como saludable. Sin embargo, muy pocos estudios han analizado esa afirmación, especialmente en relación con el cerebro".

Los investigadores utilizaron un modelo animal para evaluar el efecto que el aceite de canola tenía en los cerebros de los ratones transgénicos para desarrollar la enfermedad de Alzheimer.5

Los ratones fueron divididos en dos grupos; a un grupo se le proporcionó el alimento usual, mientras que el segundo grupo fue alimentado con el equivalente humano de 2 cucharaditas de aceite de canola por día.

Al final de los seis meses del experimento, los investigadores observaron que los ratones que consumían el alimento mezclado con aceite de canola eran significativamente más pesados que los ratones que no consumían aceite de canola.

Además, los ratones que habían consumido aceite de canola demostraron un deterioro significativo en su memoria de trabajo, junto con una menor cantidad de proteína de densidad postsináptica, un marcador de integridad sináptica.

Los investigadores encontraron que el aceite de canola tenía un efecto negativo en la salud, y concluyeron lo siguiente:6

"En conjunto, nuestros descubrimientos no respaldan el efecto beneficioso del consumo crónico de aceite de canola en dos aspectos importantes de la enfermedad de Alzheimer [AD] y su fisiopatología, incluyendo el deterioro de la memoria, así como la integridad sináptica".

El aceite de canola desarrolló la reputación de ser saludable cuando los médicos comenzaron a advertir a las personas que redujeran su consumo de grasas saturadas y que, en vez de eso, consumieran aceites vegetales.

La canola tiene el porcentaje más bajo de grasas saturadas de todos los aceites vegetales comúnmente utilizados y tiene un costo relativamente económico, pero en realidad es una de las peores opciones de aceite para su salud.

A menudo, el aceite de canola se utiliza en los hogares y restaurantes para hornear, saltear, freír y otras formas de cocción, pero los consumidores están siendo engañados, ya que se les hace creer que ésta es una mejor opción para ellos, en comparación con las grasas saturadas.

Su cerebro necesita grasas saludables

Los mismos investigadores utilizaron un modelo similar para evaluar los efectos del aceite de oliva en la función cerebral de los ratones.7

En ese estudio,8,9 ninguno de los grupos era más pesado que el otro, y los ratones a los que se les proporcionó un alimento enriquecido con aceite de oliva extra virgen tuvieron un desempeño significativamente mejor en las pruebas que evaluaron la memoria de trabajo, memoria espacial y capacidad de aprendizaje de los animales.

El tejido cerebral de estos ratones, diseñados genéticamente para desarrollar la enfermedad de Alzheimer a medida que envejecían, al igual que los ratones del estudio presentado, también reveló diferencias dramáticas.

Los ratones alimentados con aceite de oliva demostraron haber preservado su integridad y un mayor nivel de autofagia en sus células nerviosas, en última instancia, responsables de reducir las placas amiloides comunes en el cerebro de las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer.10

Las grasas saludables son un componente esencial de la estructura cerebral, que se compone casi en un 60 % de grasa.11 No debería ser una sorpresa que el cerebro necesite grasas de calidad para funcionar de manera óptima.

Aunque el cerebro es una pequeña parte del total de su peso corporal, utiliza el 20 % de su energía metabólica. Por lo tanto, requiere ácidos grasos esenciales, pero estos no pueden ser sintetizados por el cuerpo, por lo que deben ser obtenidos de fuentes alimenticias.

La mayoría de las personas cumplen con su requerimiento de grasas omega-6, que se encuentran en la mayoría de los aceites vegetales, pero no obtienen una cantidad suficiente de grasas omega-3.

Una grasa omega-3, DHA, se ha relacionado con el crecimiento de la retina y la corteza visual durante el desarrollo,12 agudeza visual y menor nivel de depresión.

Las investigaciones han encontrado que los que padecen trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen niveles más bajos de DHA, y esta grasa podría desempeñar un rol en la neuroprotección.

A diferencia de las grasas altamente dañadas del aceite vegetal, las grasas saturadas son el combustible "limpio" óptimo para el cerebro y son uno de los componentes principales de las células cerebrales.

Como tal, son una excelente opción para la salud cerebral, con un estudio que demuestra que las personas que consumen más grasas saturadas podrían reducir su riesgo de desarrollar demencia, mientras que las que consumen más carbohidratos podrían tener un riesgo significativamente mayor.13

Para mantener una función cerebral óptima, necesita obtener grasas omega-3 y omega-6 de buena calidad y que no estén dañadas, junto con antioxidantes para protegerlas de la oxidación, contrario a lo que sucede con los aceites vegetales procesados, tales como el aceite de canola.

En resumen, los aceites vegetales procesados son perjudiciales para la salud cerebral por varias razones, entre ellas las siguientes:

  • Están cargados con ácidos grasos omega-6 dañados, sin antioxidantes protectores
  • Disminuyen los niveles de glutatión del hígado, que produce enzimas antioxidantes, lo que reduce aún más sus defensas antioxidantes
  • La mayoría de los aceites vegetales son elaborados con cultivos transgénicos (GE) diseñados para resistir herbicidas, tales como el glifosato. Como tal, podrían estar más contaminados con glifosato que los cultivos que no son transgénicos, y se ha demostrado que el glifosato deteriora las estrechas uniones intestinales e incrementa la filtración de invasores extraños, especialmente de proteínas calentadas, lo que podría causar alergias.

El desprestigio de las grasas saludables ha contribuido al incremento de la tasa de enfermedades

En las últimas décadas, la difamación de las grasas saludables ha contribuido a que exista una mayor tasa de enfermedades.

Aunque las grasas saludables se utilizaban como combustible y producían una sensación de saciedad, muchas personas recurrieron a los carbohidratos cuando se empezó a desaconsejar el consumo de grasas. Los carbohidratos se metabolizan y se queman rápidamente, ya que utilizan la insulina para transportar la glucosa de la sangre a las células.

Sin embargo, con el tiempo, los carbohidratos desencadenan una resistencia a la insulina y aumentan la posibilidad de disminuir los niveles de azúcar en la sangre dos o tres horas después de alimentarse, lo cual le deja con hambre una vez más e incrementa el consumo de alimentos.

Este mecanismo aumenta el riesgo de obesidad, lo que a su vez eleva el riesgo potencial de resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales.

En la época en que se desacreditó públicamente a las grasas saturadas y el colesterol alimenticio, Canadá desarrolló un aceite alternativo que obtuvo la aprobación de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), el aceite de canola.14

Ahora, ocupa la primera posición de los aceites recomendados para cocinar de forma saludable. El Dr. Praticò expuso lo siguiente sobre los resultados de su estudio sobre el aceite de canola:15

"La proteína beta-amiloide 1-40 neutraliza la acción de la proteína amiloide 1-42, lo que significa que una disminución en 1-40, como los observados en nuestro estudio, interrumpe el control de la proteína 1-42. En nuestro modelo, este cambio en la proporción ocasionó un daño neuronal considerable, disminución de los contactos neuronales y deterioro de la memoria".

En otras palabras, consumir aceite de canola podría aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, ya que el aceite disminuye la producción de una proteína que protege al cerebro contra el daño neuronal y el deterioro cognitivo.

La toxicidad del aceite de canola podría ser causado por la semilla, fuente o procesamiento

Las condiciones bajo las cuales se fabrica y produce el aceite de canola, incluyendo la lamentable cantidad de sustancias químicas y blanqueadores añadidos al producto para obtener el líquido claro que se ve en los estantes de los supermercados, deja mucho que desear.

La forma en que se procesa el aceite debería ser suficiente para alentarlo a evitar consumir este producto. Pero el riesgo relacionado con el aceite de canola no se detiene con el procesamiento.

La planta de canola fue desarrollada de las plantas de colza por la empresa Agriculture and Agri- Food Canada y la Universidad de Manitoba, a través de técnicas de cultivo de plantas. De hecho, el Consejo de Canola de Canadá denomina este avance como "el ejemplo de éxito agrícola más importante de Canadá".16

Originalmente, el aceite de colza se utilizaba como lubricante para motores durante la Segunda Guerra Mundial.17 Una vez que terminó la guerra, la demanda disminuyó totalmente y Canadá comenzó un programa intensivo para que el producto fuera comestible.

Para que pudiera ser consumido, el ácido erúcico y los glucosinolatos tuvieron que ser extraídos de la planta, ya que son peligrosos para la salud humana.18 A finales de los años 70, ambas sustancias químicas se redujeron hasta sus niveles más bajos y la planta fue aceptada oficialmente como un producto apto para consumo.

En los años 80, la investigación se enfocó en la vida útil del aceite, la alimentación animal y una mayor aceptación del consumidor.

Para el 2012, casi todas las plantas de colza con bajo contenido de ácido erúcico fueron modificadas genéticamente para aumentar su rendimiento. Hoy en día, lo que comenzó como un lubricante para motores, ahora es uno de los cultivos más rentables de Canadá.

El estudio mencionado anteriormente evaluó el efecto del aceite de canola sobre la función cerebral, sin identificar qué característica del producto desencadena los problemas.

Sin embargo, ya que la mayor parte del aceite de canola es producido a base de semillas transgénicas, utilizando plantas que originalmente no eran aptas para el consumo humano, y que atraviesa un proceso en el que se le inyectan múltiples sustancias químicas y blanqueadores, no es algo sorprendente que el estudio fuera tan concluyente.

La ingeniería genética aumenta el riesgo para la salud con cada alimento transgénico que es consumido

Los científicos apenas empiezan a descubrir los efectos a largo plazo de unir los genes de una criatura viviente en otra, o de desarrollar una planta inmune a los efectos de los herbicidas.

Sin embargo, algunas empresas no están convencidas de las investigaciones financiadas de forma independiente y han confiado en información que proviene de organizaciones, tales como la Asociación Médica Americana (AMA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que afirman que no existe evidencia creíble de que los alimentos transgénicos sean inseguros. Sin embargo, incluso la OMS admite lo siguiente:19

"Diferentes organismos transgénicos [GM] incluyen diferentes genes insertados de diferentes maneras. Esto significa que los alimentos transgénicos individuales y su seguridad deben evaluarse caso por caso y que no es posible hacer declaraciones generales sobre la seguridad de todos los alimentos transgénicos".

En el 2015, la Comisión Europea decidió que lo mejor para sus ciudadanos era decir "no" a los transgénicos (GMO) dentro de su territorio, y los 28 países requirieron que se etiquetaran los alimentos que contenían productos transgénicos.20

Esto representa un marcado contraste con los Estados Unidos, donde la mayor parte de la canola cultivada es transgénica21 y los productos creados a base de esta no son etiquetados como tal.

Opciones saludables para cocinar

Cocinar con casi todos los aceites vegetales es problemático, ya que no toleran el calor excesivo. Las opciones más saludables para cocinar incluyen a la mantequilla orgánica de animales alimentados con pastura, el aceite de coco virgen, el ghee (mantequilla clarificada) y la manteca de cerdo.

El aceite de sésamo y de oliva le añaden un sabor maravilloso a los alimentos, así como grasas saludables, pero tienen puntos de humeo muy bajos y se deben utilizar sin calentar, como aderezos para ensaladas o rociados sobre carnes o vegetales para añadirles sabor.

Cómo mejorar la salud cerebral de forma natural

Nunca es demasiado tarde para apoyar su salud neurológica. Recuerde que incluso los pequeños cambios que realiza cada día le permiten obtener grandes recompensas con el tiempo.

Procure cambiar sus hábitos de manera constante y persistente para sustentar el funcionamiento de su memoria, función cognitiva y, finalmente, disfrutar de su vida cotidiana. Enseguida se encuentran varias estrategias que podría utilizar para mejorar su salud cerebral:

Vitamina D

Existe un fuerte vínculo entre los bajos niveles de vitamina D en pacientes con alzhéimer y los malos resultados en las pruebas cognitivas. Los niveles óptimos de vitamina D podrían proteger las células cerebrales, al aumentar la efectividad de las células gliales para restaurar las neuronas dañadas. Además, la vitamina D tiene propiedades antiinflamatorias.

Carotenoides

Estos compuestos antioxidantes se encuentran con mayor frecuencia en los vegetales de color naranja, tales como las batatas dulces y las zanahorias. Algunos carotenoides, como la luteína y la zeaxantina, se encuentran en los vegetales de color verde oscuro, es decir, la col rizada y las espinacas (así como las yemas de huevo).

La luteína y la zeaxantina son más conocidas por el rol que desempeñan en la salud ocular, pero cada vez más evidencia sugiere que desempeñan un rol en la salud cognitiva y, también, en mejorar la eficiencia neuronal.22

Probióticos

Probablemente se encuentre familiarizado con la importancia de los probióticos para la salud intestinal, pero es posible que no sepa el rol que desempeñan en su salud cognitiva. Ciertas cepas bacterianas beneficiosas, como las que se encuentran en los alimentos fermentados, tienen un efecto positivo en la función cerebral.

En un estudio realizado por la Universidad de California, en Los Ángeles, los científicos encontraron que las mujeres que consumían regularmente bacterias beneficiosas a través del yogur experimentaban cambios en múltiples áreas cerebrales, incluyendo a las relacionadas con el procesamiento sensorial, la cognición y la emoción.23

Ejercicio

La actividad física produce cambios bioquímicos que fortalecen y renuevan no solo el cuerpo,  sino también el cerebro, particularmente, las áreas relacionadas con la memoria y el aprendizaje.

Alimentación

Disminuir el consumo general de calorías y carbohidratos, mientras que aumenta la cantidad de grasas saludables, tiene un poderoso efecto sobre la salud cerebral.

Las fuentes beneficiosas de grasas saludables que el cuerpo y, en particular, el cerebro necesitan para tener una función óptima incluyen, por ejemplo, a la mantequilla orgánica y sin pasteurizar de animales alimentados con pastura, las aceitunas, el aceite de oliva virgen y de coco, los frutos secos, como las nueces pecanas y de macadamia, los huevos de gallinas camperas, el salmón silvestre de Alaska y el aguacate.

Además, aumentar el consumo de grasas omega-3 y reducir el consumo de grasas omega-6 dañadas (es decir, aceites vegetales procesados) para equilibrar la proporción de omega-3 a omega-6, beneficia significativamente al cerebro.

Sueño

El sueño no solo es esencial para regenerar el cuerpo físico, sino que es imprescindible para alcanzar nuevas perspectivas mentales, así como para poder visualizar nuevas soluciones creativas a viejos problemas. El sueño elimina los bloqueos y ayuda a "reiniciar" el cerebro para percibir los problemas desde una perspectiva diferente.

Las investigaciones de Harvard indican que las personas tienen una probabilidad 33 % mayor de inferir una conexión entre ideas lejanas, después de dormir,24 pero pocas personas se percatan de que su rendimiento ha mejorado realmente.

También, se sabe que el sueño mejora los recuerdos y ayuda a "practicar" y mejorar el rendimiento de las habilidades desafiantes. De hecho, tan solo dormir de cuatro a seis horas una sola noche podría afectar su capacidad para pensar con claridad al día siguiente.