📝HISTORIA EN BREVE

  • Los investigadores encontraron la conexión molecular entre la testosterona, la expresión genética en el cerebro y la ansiedad, y llaman a dicha relación una "regulación mutua" que podría verse afectada de forma positiva por la administración de testosterona
  • Los síntomas de niveles bajos de testosterona podrían tener una relación con algunas condiciones físicas, como el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y la obesidad. Otros factores que influyen en los niveles de testosterona incluyen algunos medicamentos y la exposición a toxinas del medio ambiente. Los medicamentos de venta libre que afectan los niveles de testosterona son el alcohol, los esteroides anabólicos y las drogas ilícitas
  • Los hombres con deficiencia de andrógenos podrían experimentar menor libido, menos erecciones y de menor calidad, ginecomastia (agrandamiento del tejido mamario), sudoración, fatiga, menos masa muscular y mayor grasa corporal
  • La terapia de reemplazo de testosterona tiene varias contraindicaciones, incluyendo síntomas graves del tracto urinario inferior, eritrocitosis, insuficiencia cardíaca congestiva y cáncer de próstata o de mama. Los tratamientos no farmacológicos incluyen controlar los factores del estilo de vida y evitar los medicamentos que alteren los niveles de testosterona
  • El reemplazo de testosterona podría afectar la fertilidad a largo plazo, por lo que muchos expertos recomiendan el reemplazo de la hormona gonadotropina para estimular la producción de testosterona. Para apoyar el tratamiento es importante evitar los plásticos y los ftalatos, que son sustancias químicas que podrían alterar el sistema endocrino

🩺Por el Dr. Mercola

Los investigadores indican que la testosterona podría influir en la ansiedad y en el comportamiento similar a la depresión. Un estudio1 de la Universidad Ben-Gurion en Israel, utilizó la secuenciación genética para demostrar el vínculo entre una proteína en el cerebro, los niveles bajos de testosterona y la ansiedad, lo que podría explicar cómo la testosterona afecta la salud mental.

En los Estados Unidos, los trastornos de ansiedad afectan al 19.1 % de la población.2 Las personas de entre 18 y 24 años tienen una probabilidad mayor de experimentar síntomas de ansiedad en comparación con los adultos mayores, mientras que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres. Es normal tener sentimientos de ansiedad en ciertas ocasiones, pero cuando se vuelven abrumadores y afectan su capacidad para desenvolverse, podría desarrollarse un trastorno de ansiedad.

Según una encuesta federal, en el año 2023 el 32.3 % de los adultos en Estados Unidos reporto haber experimentado síntomas de ansiedad y depresión. Se calcula que el 31.1 % informó haber experimentado un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida. Aunque el 3.1 % de la población padece trastorno de ansiedad generalizada, sólo el 43.2 % de ese grupo recibe algún tratamiento.

Aunque un nivel bajo de testosterona no explica todos los trastornos de ansiedad, los investigadores sugieren que identificar a los hombres con niveles bajos de testosterona y aplicar el tratamiento adecuado podría ayudar a disminuir los síntomas.3

Conexión molecular entre la testosterona y la ansiedad

Las hormonas sexuales, incluyendo la testosterona y el estrógeno, afectan la función del cerebro. Investigaciones anteriores demostraron un vínculo entre la testosterona, la ansiedad y la depresión. Varios estudios con animales comprobaron dicho efecto,4 y encontraron que tanto el exceso como la subexposición a la testosterona durante el desarrollo del cerebro podrían afectar de forma significativa los niveles de ansiedad en los hombres.

Los autores de un estudio concluyeron que "la exposición o deficiencia de testosterona durante períodos importantes del desarrollo podrían tener consecuencias que duran hasta la mediana edad o la vejez"5. Este efecto también se ha encontrado en los hombres.6 Después de seis meses de terapia de reemplazo, los hombres experimentaron mejoras en la ansiedad, depresión, calidad de vida y función sexual, lo que sugiere que los niveles endógenos bajos podrían aumentar el índice de síntomas psicológicos.

Los investigadores del estudio actual querían encontrar cual era la naturaleza del vínculo entre la testosterona y la ansiedad.7 El estudio fue dirigido por Shira Knafo, jefa del laboratorio cognitivo molecular de la universidad. Los investigadores comenzaron a observar a cientos de ratas de laboratorio, tratando de identificar por qué las de la misma camada se comportaban de manera diferente.

Shira dijo para el periódico The Times de Israel que "algunas mostraron un nivel muy alto de ansiedad, otras un nivel muy bajo y la mayoría tenían un nivel normal".8 Después de observar dichos comportamientos, el equipo de investigadores separó a las ratas macho que tenían mucha ansiedad de aquellas con niveles muy bajos para evaluar su comportamiento.

Los investigadores analizaron la expresión génica en el hipocampo ventral del cerebro para intentar identificar el vínculo genético implicado en los cambios de la expresión de la ansiedad. El equipo encontró que el receptor de taquiquinina 3 (TACR3) que codifica la proteína TACR3 se expresaba de manera diferente en los dos grupos de ratas.

El vínculo entre la TACR3 y la ansiedad

Las pruebas de laboratorio confirmaron los resultados iniciales, y una búsqueda en la literatura reveló un estudio que demostraba que los niños varones con una mutación de la proteína TACR3 tenían hipogonadismo congénito. Este es un trastorno en el que los varones jóvenes no producen la testosterona suficiente, lo que disminuye la expresión de la pubertad y la función sexual.

"Entonces, en ese momento, teníamos un vínculo entre la TACR3 y la pubertad. Pero aún no sabíamos cuál era el vínculo con la ansiedad. Luego descubrí que las personas con hipogonadismo tienen problemas de ansiedad y depresión", dijo Shira.9 El siguiente paso de los investigadores fue medir los niveles de testosterona en la sangre de las ratas. Descubrieron que entre más testosterona tenían, menos ansiedad mostraban, en "una correlación lineal directa".

Después de inyectar testosterona en algunas ratas, lo que subió los niveles de testosterona en la sangre, los investigadores descubrieron que también aumentaba los niveles de la proteína TACR3 en el cerebro. "Entonces, es como una regulación mutua. La TACR3 influye en la cantidad de testosterona y la testosterona influye en la cantidad de TACR3", menciono Shira.10

Shira estaba emocionada de haber encontrado la conexión molecular entre la ansiedad y la depresión, los niveles bajos de testosterona y la TACR3. Ahora quiere investigar si administrar testosterona a personas con ansiedad podría ayudar. Shira advierte que esto nunca debe realizarse por su cuenta, ya que administrar testosterona podría tener efectos secundarios importantes, incluyendo un riesgo mayor de cáncer. 11

Otros síntomas de niveles bajos de testosterona

Los niveles bajos de testosterona circulante podrían provocar síntomas de deficiencia de andrógenos. Los andrógenos son un grupo de varias hormonas sexuales, incluyendo la testosterona. Los niveles bajos de testosterona podrían variar dependiendo de cuándo comienza la deficiencia de andrógenos, ya sea debido a un defecto en la espermatogénesis o en la producción de testosterona, si está relacionada con un factor genético o si el hombre tiene antecedentes de terapia con andrógenos.12

El hipogonadismo primario podría ser el resultado de una enfermedad testicular o del hipogonadismo secundario, que es provocado por una disfunción del eje hipotalámico-pituitario.13 Los síntomas de la deficiencia de andrógenos podrían incluir fatiga, irritabilidad, infertilidad, mala sensación de bienestar o disminución de la libido, así como de la frecuencia y calidad de las erecciones.14 Los hombres también podrían experimentar ginecomastia (agrandamiento del tejido mamario), bochornos, sudoración, fatiga, reducción de la masa muscular y aumento de la grasa corporal.15

En algunos casos, los hombres podrían presentar problemas no relacionados,16 como antecedentes de diabetes tipo 2, obesidad, síndrome metabólico o enfermedades sistémicas que afectan la fisiología de la testosterona. Los investigadores del estudio presentado sugieren que la ansiedad también podría deberse a la deficiencia de andrógenos.

El hipogonadismo también podría ser provocado por el uso de medicamentos o por la exposición a las toxinas del medio ambiente. Los medicamentos que podrían afectar los andrógenos incluyen los siguientes: esteroides, opioides, estatinas, antagonistas de la dopamina y los inhibidores de la 5-alfa reductasa. Algunos medicamentos de venta libre también podrían afectar los niveles de testosterona, incluyendo el alcohol, los esteroides anabólicos y las drogas ilícitas, como la marihuana.

Los factores ambientales podrían afectar los niveles de testosterona

La Dra. Shanna H. Swan, epidemióloga ambiental y reproductiva, ha analizado el papel de las toxinas del medio ambiente en la salud reproductiva.

Después de que un estudio de 1992 demostrara que la calidad del recuento de espermatozoides se había reducido casi a la mitad en los últimos 50 años, Shanna decidió investigar más a fondo y pasó los siguientes 20 años analizando por qué la reproducción humana está decayendo.

En 2017, Shanna publicó una revisión sistemática y un análisis de metarregresión,17 que demostró que entre 1973 y 2011, el recuento total de espermatozoides entre los hombres de América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda disminuyó entre un 50 % y 60 %. En general, los hombres de estos países tuvieron una reducción del 52.4 % en la concentración de esperma y del 59.3 % en el recuento total de espermatozoides (concentración de espermatozoides multiplicada por el volumen total de una eyaculación).

Como ya lo mencioné, un defecto en la espermatogénesis, que es la producción de espermatozoides maduros, es un signo de deficiencia de andrógenos. Shanna se refiere a esta caída de 30 años como "el efecto del 1 %", es decir, el efecto acumulativo que tiene un cambio anual de sólo el 1 % a lo largo del tiempo. Al igual que el recuento de espermatozoides, los niveles de testosterona también han disminuido, mientras que los índices de disfunción eréctil y de abortos espontáneos han aumentado de forma constante.

Un estudio de 2020,18 que analizó las tendencias de la ansiedad en adultos desde 2008 al 2018, mucho antes de la pandemia, encontró que en Estados Unidos el índice de ansiedad ha aumentado de forma constante, y el aumento más considerable se produjo en el rango de 18 a 25 años, donde aumentó del 7.97 % al 14.66 % durante los años de estudio.

De acuerdo con Shanna, existen diversos factores que podrían haber contribuido a esta disminución de la fertilidad. Las razones de esto podrían estar relacionadas con el estilo de vida y con la exposición a sustancias químicas.

Los factores del estilo de vida que podrían afectar la fertilidad incluyen el consumo excesivo de alcohol, el estrés, el tabaquismo y la obesidad. Las exposiciones químicas que podrían influir en mayor medida están relacionadas con los disruptores endocrinos (EDC, por sus siglas en inglés) que imitan a las hormonas y toman su lugar.

Un estudio del 2024 identificó a los plásticos (un disruptor endocrino) como un responsable directo de las enfermedades, y calculó el costo asociado en Estados Unidos en un 1.22 % del producto interno bruto, que los investigadores estimaron en 249 mil millones de dólares en 2018.19

Shanna sugiere que los EDC son la razón principal de la infertilidad, en parte porque estamos rodeados de estos todo el tiempo. Estamos expuestos a estos a través de los alimentos, el agua, los productos de cuidado personal, los muebles, los materiales de construcción, los plásticos y mucho más.

Apoye su equilibrio hormonal

En un artículo de 201820 que se publicó en la revista Metabolism, los investigadores encontraron que los síntomas del hipogonadismo se presentan con mayor frecuencia en los hombres de edad avanzada, pero, por lo general, no se diagnostica. Aunque es muy común tratar a los adultos jóvenes con insuficiencia pituitaria o testicular mediante el reemplazo de testosterona, existen algunas controversias en el tratamiento para hombres mayores, en especial por los riesgos que representa.

La terapia de reemplazo de testosterona tiene varias contraindicaciones, incluyendo síntomas graves del tracto urinario inferior, eritrocitosis, insuficiencia cardíaca congestiva y cáncer de próstata o de mama. 21

Algunos tratamientos que no requieren medicamentos incluyen controlar enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2, y eliminar ciertos medicamentos que podrían ayudar a regular los niveles de testosterona. Los expertos también saben que la terapia de reemplazo de testosterona podría afectar de forma negativa la fertilidad, y por eso recomiendan el reemplazo de la hormona gonadotropina para ayudar a estimular la producción de esperma e inducir la pubertad, con el fin de favorecer el crecimiento y la maduración testicular.

Puede apoyar el tratamiento al evitar todos los plásticos y ftalatos posibles. Los ftalatos son los que hacen que el plástico sea suave y flexible, y se pueden encontrar en impermeables, botas de hule, cortinas de baño, tubos de plástico y alimentos procesados ​​en plástico. Los ftalatos también pueden encontrarse en cosméticos, perfumes y productos de cuidado personal, así como en productos perfumados, como el jabón para lavar ropa y los aromatizantes.

Los ftalatos son sólo un tipo de EDC, pero existen otros. Sin embargo, son los más nocivos para la salud reproductiva del hombre debido a su capacidad para bloquear la testosterona.

Como ya lo mencioné en otros artículos, otra alternativa que debería consultar con su médico, antes de comenzar a tomar medicamentos, es suplementar con fenogreco, ya que podría ayudar a subir los niveles de testosterona. A pesar de que aumenta los niveles de testosterona, no se convierte en dihidrotestosterona (DHT), la cual contribuye a la caída del cabello y al cáncer de próstata. En cambio, el fenogreco podría ayudar a disminuir los niveles de DHT, regular el azúcar en la sangre y mejorar la tolerancia a la glucosa en personas con diabetes tipo 2.