📝HISTORIA EN BREVE

  • En el documental llamado "Peril on Your Plate", Ekaterina Yakovleva se embarca en un viaje para investigar los efectos de los OGM y los pesticidas, tras enterarse de que podrían ser la causa de las alergias alimentarias de su hijo
  • En su investigación, Ekaterina Yakovleva descubrió que hay más de 190 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en 28 países del mundo y que existe un gran movimiento en contra de este tipo de agricultura
  • Su investigación la llevó hasta la India, donde se enteró de los suicidios masivos entre los agricultores que cultivaron algodón Bt de Monsanto
  • En su documental, Ekaterina Yakovleva también habló con la activista ambiental Vandana Shiva, quien le explicó que las grandes compañías de la industria transgénica utilizan llamativas imágenes de agricultores estadounidenses para convencer a los agricultores indios de que compren sus semillas transgénicas
  • Ekaterina Yakovleva también habló con Zen Honeycutt de la asociación Moms Across America sobre la relación entre los transgénicos, los pesticidas y las enfermedades crónicas

🩺Por el Dr. Mercola

Después de que su médico le dijera que los alimentos transgénicos y los pesticidas podrían ser la causa de las alergias alimentarias de su hijo, Ekaterina Yakovleva se propuso a realizar una investigación sobre este tema. Se embarcó en un viaje en busca de respuestas y junto con la cadena Russian Times documentaron cada paso en el documental llamado "The Peril on Your Plate: Genetic Engineering and Chemical Agriculture".

Este documental muestra a Ekaterina Yakovleva y su equipo en un viaje por el mundo, para conocer de primera mano a "otras personas que también sufrieron las consecuencias de la industria transgénica", es así como presenta entrevistas con personas que defienden este movimiento al argumentar que la tecnología transgénica es la respuesta para alimentar al mundo.

Los defensores de la ingeniería genética le dijeron a Ekaterina Yakovleva que esta tecnología también beneficia a los agricultores, ya que protege sus cultivos de las plagas y los ayuda a incrementar sus rendimientos. Sin embargo, Ekaterina Yakovleva no se creyó ese cuento y se propuso a descubrir la verdad.

Y esta búsqueda la llevó hasta la India, donde tras escuchar todos los testimonios sobre los suicidios masivos, entre los agricultores que perdieron todo después de cultivar el algodón Bt de Monsanto, descubrió que la tecnología transgénica no es como la pintan sus defensores. También visitó el Reino Unido para entrevistar a Lady Margaret, condesa de Mar y quien hizo parte de la Cámara de los Lores. Por último, viajó a los Estados Unidos, en donde se reunió con Zen Honeycutt de la asociación Moms Across America para hablar sobre la relación entre los transgénicos, los pesticidas y las enfermedades crónicas.

El primer paso: descubrir qué es la ingeniería genética

Para comprender mejor la ingeniería genética y su impacto en la salud humana, lo primero que hizo Ekaterina Yakovleva fue investigar en qué consiste esta tecnología y cómo se utiliza. Aprendió que la ingeniería genética permite que el ADN se transfiera no solo entre diferentes tipos de plantas, sino incluso entre diferentes especies, lo que significa que los científicos pueden tomar ADN de un insecto o animal e insertarlo en el genoma de una planta.

Muchos defensores de los transgénicos afirman que la ingeniería genética solo es una extensión de los métodos de mejoramiento natural, lo que significa que también es segura. Sin embargo, no es cierto. La ingeniería genética no tiene nada que ver con las técnicas de mejoramiento convencionales que se utilizan en los cultivos. Para empezar, es una técnica de laboratorio que permite a los científicos crear un alimento que no existe en la naturaleza.

Como dijo Claire Robinson, editora de GM Watch y coautora del libro titulado "GMO Myths and Truths: A Citizen's Guide to the Evidence on the Safety and Efficacy of Genetically Modified Foods and Crops":

"La ingeniería genética permite que el ADN se transfiera no solo entre diferentes tipos de plantas, sino incluso entre diferentes especies, lo que significa que los científicos pueden tomar ADN de un insecto o animal e insertarlo en el genoma de una planta de cultivo. Sin embargo, en realidad, es un proceso muy poco preciso. Lo cierto es que la ingeniería genética altera el genoma (organización y función de los genes) de la planta,y como resultado de este proceso, se producen efectos inesperados en la planta transgénica.
Nos dicen que la única diferencia entre una planta natural y una transgénica es que a esta última le insertaron un gen, pero no es así. La realidad es que el genoma es muy complejo. No es como armar un Lego al que le puede quitar y poner diferentes piezas y esperar que todo quede igual".

Estados Unidos es el principal productor de cultivos transgénicos

En su investigación, Ekaterina Yakovleva descubrió que hay más 190 millones de hectáreas (tres veces el tamaño de Francia) de cultivos transgénicos1en 28 países del mundo. 2 En 2018, Estados Unidos fue el principal productor de cultivos transgénicos, lo que representó un crecimiento de casi el 38 %.3

Tras 20 años de comercializar cultivos biotecnológicos (1996-2015), Estados Unidos obtuvo ganancias de $ 72 900 millones y $6 900 millones solo en 2015.4En 2019, los principales cultivos transgénicos fueron los de calabaza, alfalfa, remolacha azucarera, papa, papaya, aceite de colza, maíz, soya y algodón.

Monsanto y Bayer controlan la mayoría de los cultivos transgénicos en los Estados Unidos, que incluyen el 80 % del maíz transgénico y el 93 % de la soya transgénica. Como referencia, el primer cultivo transgénico que llegó al mercado fue el tabaco. En 1983, se comenzó a cultivar tabaco transgénico por primera vez, el cual se modificó con el fin de volverlo resistente a un antibiótico.5 Más tarde sufrió otras modificaciones genéticas, incluyendo la eliminación de un gen que convierte la nicotina en las hojas de tabaco en un carcinógeno6y el incremento de la cantidad de nicotina en los cigarrillos.7

El primer cultivo alimentario en modificarse genéticamente fue el jitomate Flavr Savr de Calgene, una compañía con sede en California que luego compró Monsanto. El jitomate se modificó para permanecer maduro por más tiempo, lo que se logró al eliminar el gen que produce una proteína que hace que el jitomate se ablande.8

Sin embargo, la compañía Calgene jamás ocultó que su jitomate era transgénico. Asimismo, el empaque de este producto tenía una etiqueta que lo especificaba y brindaba líneas de ayuda para responder a las preguntas de los clientes. Cuando Monsanto compró la compañía, dejó de comercializar el jitomate Flavr Savr.

Cada vez más países prohíben los transgénicos

En el documental también se mencionan los lugares en los que están prohibidos los transgénicos, como Rumania, país que dejó de cultivar transgénicos a pesar de que fue el primer país europeo en producirlos.9 Por su parte, Portugal y España redujeron la cantidad de áreas en las que se cultivan productos transgénicos,10 mientras que países como Francia, Alemania, Austria, Polonia, Grecia, Suiza, Irlanda del Norte, Escocia y Gales, los prohibieron por completo.

Según el documental, en Rusia está prohibido cultivar productos transgénicos,11pero sí permiten su importación. Ekaterina Yakovleva visitó la Universidad Agraria de Moscú para reunirse con Arkady Zlochevsky, un defensor de los transgénicos y presidente de la Russian Grain Union. En esta entrevista, lo cuestionó sobre los efectos de comer alimentos transgénicos en la salud humana.

"Consumir alimentos transgénicos no causa ningún riesgo que no causaría consumir un alimento convencional, ni uno solo", dijo, y agregó que los alimentos transgénicos se producen con "lo último en tecnología" y tienen "grandes ventajas". Incluso se atrevió a decir que el glifosato, el ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto, es mucho más seguro que cualquier tipo de abono convencional.

La relación entre el glifosato y la ola de suicidios en la India

Después de hablar con Arkady Zlochevsky, Ekaterina Yakovleva quedó con más preguntas que respuestas, por lo que decidió viajar a la India, donde el uso de glifosato es muy común. Hace poco, la región de Punjab, que se conoce como la "canasta de pan de la India", se dio a conocer ante el mundo por su extraño caso de ola de suicidios entre sus agricultores, sobre todo entre agricultores jóvenes de entre 20 y 35 años.

Ekaterina Yakovleva se reunió con algunas de las familias de agricultores que se suicidaron. Escuchó sus testimonios y se enteró que miles de agricultores recibieron prestamos de corporaciones agrícolas para comprar semillas y pesticidas, pero no lograron los rendimientos que les prometieron, por lo que no podrían pagar el dinero que debían, y en un momento de desesperación, se suicidaron.

Inderjit Singh Jaijee, presidente de la Baba Nanak Educational Society de Punjab, dijo que muchos de los agricultores que se suicidaron primero consumieron drogas, bebieron alcohol o incluso ingirieron un trago de glifosato para reunir el coraje de terminar con su vida. Singh Jaijee, quien es el encargado de crear conciencia sobre el grave problema de suicidios en Punjab, dijo que los agricultores jóvenes son más susceptibles porque aún no tienen la experiencia que tienen los agricultores de mayor edad.

Miles de agricultores de la India se suicidan tras perder sus cultivos transgénicos

En la región de Punjab, la tasa de suicidios es tan alta, que se necesitan cada vez más personas para sacar los cuerpos del canal local. Por ejemplo, el buzo Ashu Malik, utiliza cámaras de vigilancia para monitorear el canal en busca de cuerpos.

Malik afirma que en ocasiones no reclaman el cuerpo y tiene que regresarlo al agua. Encontrar cuerpos en el canal es tan común en esta región que muchas familias construyeron una casa en la orilla para tener un lugar en donde quedarse mientras buscan a sus seres queridos desaparecidos.

Aún se desconoce el número exacto de suicidios que ocurren cada año en la región de Punjab, pero hay varias estimaciones, y aunque la oficial es de unos 2200 suicidios al año, la investigación de Singh Jaijee estimó unos 4000 suicidios al año, mientras que las organizaciones de agricultores estimaron hasta 6000.

A pesar de que en las comunidades agrícolas en la India esta situación ya es algo normal, Ekaterina Yakovleva quedó impactada con estos testimonios y decidió entrevistar al científico agrícola Kiran Kumar Vissa para obtener más información sobre el algodón Bt de Monsanto, el cultivo responsable de todas estas tasas de suicidio.

El algodón Bt de Monsanto se comercializó como una solución a todos los problemas a los que se enfrentaban los productores de algodón, ya que muchos estaban en crisis, pero como dice el refrán: "El remedio fue peor que la enfermedad". Según Kiran Kumar Vissa:

"El algodón Bt no es apto para todos los campos de cultivo, que es el caso de las áreas secas que no tienen riego. Pero, en el empaque del algodón Bt dice que es apto tanto para áreas con riego como para áreas secas, y eso es mentira, solo es una estafa a los agricultores".

La industria de los transgénicos utiliza publicidad engañosa

Después, Ekaterina Yakovleva se reunió con la activista ambiental Vandana Shiva, quien dijo que esta terrible ola de suicidios es culpa de las corporaciones que venden las semillas y sustancias químicas. Monsanto gasta mucho dinero en publicidad, solo entre 2011 a 2017, gastó más de $ 500 millones. 12

Vandana Shiva explicó que la publicidad de las semillas y de las sustancias químicas que le muestran a los agricultores de la India, se basa en llamativas imágenes de agricultores estadounidenses con grandes tractores, con esta publicidad prometen que si compran esa semilla se volverán tan ricos como las personas de las imágenes. Sin embargo, lo que no dicen en su publicidad, es que es posible que la semilla no logré su propósito, ya que no es apta para áreas secas que no cuentan con riego, dijo Vandana Shiva

Entonces, el agricultor compra las semillas a crédito, sin tener idea de cuánto cuesta cultivarla y, al final, la semilla no produce rendimientos, explicó Vandana Shiva. Y agregó que en dos años, los representantes que vendieron la semilla y el pesticida regresan a cobrar, y como el agricultor no obtuvo rendimientos, no tiene dinero para saldar su deuda y tiene que pagar con su tierra. Vandana Shiva le dijo a Ekaterina Yakovleva que habló con algunas de las viudas de los agricultores que se suicidaron, y cuando les preguntó cuál era la deuda que los llevó a cometer ese acto desesperado, le mostraron paquetes de semillas de algodón Bt de Monsanto.

Estas sustancias químicas también dañan la salud de los agricultores

La siguiente parada de la investigación de Ekaterina Yakovleva fue el Reino Unido, donde se reunió con Lady Margaret, condesa de Mar y quien hizo parte de la Cámara de los Lores. Lady Margaret también fue agricultora y ahora sufre los efectos secundarios de estas sustancias químicas.

Mientras servía el té y budín orgánicos, Lady Margaret dijo que tuvo que dejar el mundo de la agricultura después de que se expuso a sustancias químicas dañinas mientras bañaba a sus ovejas. Las ovejas se bañan con una sustancia a base de organofosforados, la misma clase de sustancias químicas que contiene el glifosato. Estas sustancias químicas se utilizan como retardantes de llama y pesticidas. Según National Geographic:

"Los organofosfatos dañan el sistema nervioso de la misma manera que los agentes nerviosos como el sarín, y son tan tóxicos para los humanos que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) limitó su disponibilidad para el público en general".13

A las pocas semanas de exponerse a esta sustancia química, Lady Margaret comenzó a sufrir fatiga intensa y problemas neurológicos, e incluso tuvo pensamientos suicidas. Llegó un momento en el que su problema empeoró tanto que debía estar conectada a un tanque de oxígeno hasta 16 horas al día. Lady Margaret estuvo enferma durante tres años antes de que los médicos le diagnosticaran intoxicación por organofosforados.

La mayoría de las personas en los Estados Unidos tiene niveles detectables de glifosato

Cada vez más personas dan positivo a la prueba de residuos de glifosato.14 En el análisis que realizó un laboratorio de la Universidad de California en San Francisco, el 93 % de las muestras dieron positivo a la prueba de residuos de glifosato.15

Mientras tanto, en la Unión Europea, cuando 48 miembros del parlamento se ofrecieron como voluntarios para un análisis de glifosato, todos dieron positivo.16 Las personas se exponen al glifosato a través de los alimentos que comen, del aire que respiran, del agua que beben y de los patios, jardines, parques y otros entornos que frecuentan.

Pero ¿qué impacto tiene el glifosato en la salud humana? Para responder a esta pregunta, Ekaterina Yakovleva y su equipo viajaron a los Estados Unidos para reunirse con Zen Honeycutt, quien afirma que las crecientes tasas de enfermedades crónicas se relacionan con los residuos de sustancias químicas que contienen nuestros alimentos. Los pesticidas se relacionan con varias enfermedades crónicas, incluyendo el autismo, el cáncer, las alergias alimentarias, los problemas endocrinos, la diabetes y las enfermedades de Parkinson y Alzheimer. 17

En la actualidad, una de cada 4 mujeres mayores de 30 años tiene intolerancia al gluten, dijo Zen Honeycutt, pero cree que el problema no es el gluten, sino el glifosato que se rocía en los cultivos de trigo como agente secante antes de la cosecha.

"Daña el revestimiento intestinal. Además, no puede procesarse, por lo que el cuerpo lo reconoce como una intolerancia al gluten", dijo Zen Honeycutt, y agrega que hoy en día los alimentos no solo contienen más residuos de sustancias químicas, sino que, para empeorar las cosas, ahora tienen un menor valor nutricional. La agricultura a base de sustancias químicas ha agotado nuestros suelos de nutrientes esenciales, por lo que muchos alimentos ya no contienen las vitaminas y minerales que los hacían saludables.

No se realizan estudios de seguridad a largo plazo

Ekaterina Yakovleva y su equipo se comunicaron con Monsanto para obtener más información sobre las preocupaciones de salud pública que se relacionan con su herbicida Roundup, pero la compañía se negó a comentar al respecto y, en cambio, los dirigió a su sitio web que, por supuesto, afirma que todos sus productos son seguros y respetuosos con el medio ambiente.

La información engañosa que recibió no logró convencer a Ekaterina Yakovleva de que los cultivos transgénicos son seguros para el consumo humano, ya que no presentaron evidencia sólida que respaldara esta afirmación.

Aunque son pocos, en los últimos años se han publicado estudios de alimentación animal a largo plazo que demuestran que sí hay motivo de preocupación. Algunas de las reacciones más frecuentes afectan al hígado, los riñones y el sistema inmunológico. También se han observado problemas que se relacionan con el sistema digestivo, la inflamación y la fertilidad.

Una parte importante del problema es que los estudios de seguridad que se realizan con el fin de obtener la aprobación de algún producto transgénico son demasiado cortos para mostrar el daño que podría ocurrir por el consumo crónico de este tipo de productos.

Algunos estudios independientes, que analizan el consumo de alimentos transgénicos a lo largo de la vida, demuestran que causa daños importantes, mientras que todos los estudios de seguridad, que se utilizan para afirmar que los alimentos transgénicos son seguros, han sido a corto plazo.

Al parecer, hay un acuerdo entre los científicos para que los estudios sobre los efectos de los alimentos transgénicos en las ratas no duren más de 90 días, y este periodo solo representa de siete a nueve años en términos humanos. Si consideramos que la esperanza de vida promedio de un ser humano es de unos 70 años y que la generación actual consume alimentos transgénicos desde su primer día de vida, entonces este tipo de estudios en realidad no dicen mucho.

Las mejores estrategias para protegerse de la toxicidad de la agricultura

Los gigantes de la biotecnología tienen muchos recurso e influencia política, y su objetivo es controlarlo todo. Por esa razón, es muy importante ponerle un alto a Monsanto y a su control sobre el sector agrícola. Una vez que se liberan en el medio ambiente, no hay marcha atrás. Los riesgos son incalculables. Es muy importante que las personas dejen de apoyar este sistema alimentario corrupto, tóxico e insostenible que Monsanto y sus aliados de la industria quieren imponer en todo el mundo.

La buena noticia es que cada vez más personas se están quitando la venda de los ojos y ahora muchos consumidores evitan los alimentos transgénicos que están llenos de residuos de pesticidas. Otra tendencia positiva es que los sectores orgánicos y otras prácticas regenerativas se están volviendo cada vez más populares. Esto solo prueba una cosa; es decir, podemos hacer una diferencia si trabajamos sin descanso para alcanzar el mismo objetivo.

Una de las mejores medidas que puede implementar es comprar sus alimentos a los productores locales que utilizan diversos métodos que promueven la agricultura regenerativa. También, puede unirse a un programa de agricultura apoyada por la comunidad (CSA), donde puede comprar una “parte” de los vegetales producidos en la granja para obtener un suministro regular de alimentos frescos.

Considero que unirse a un CSA es muy beneficioso, no solo para su salud, sino también para su comunidad y economía local. Además, también debe implementar estrategias de prevención que puedan ayudarle a reducir la contaminación química tóxica que tanto daño le hace a su cuerpo.

Monsanto, Bayer y sus aliados quieren que hacerle creer que ellos controlan todo y que nadie puede hacer nada al respecto, pero no es así. Nuestro futuro está en las manos de las personas que se informan y se empoderan. Si nos unimos, podremos ponerle un alto a la industria de la biotecnología. Y recuerde que el primer paso es hacer compras inteligentes, así como elegir las mejores opciones más saludables para usted y su familia.