📝HISTORIA EN BREVE

  • Los compuestos que se encuentran en la vinca rosea (Catharanthus roseus), una planta perenne originaria de Madagascar, son la base de varios medicamentos contra el cáncer que se usan comúnmente desde la década de 1960
  • De los 70 diferentes alcaloides que se encuentran en la vincapervinca, los 2 principales compuestos utilizados en los medicamentos contra el cáncer son los poderosos alcaloides de la vinca, vinblastina y vincristina
  • La vincristina y vinblastina se encuentran en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud
  • Otras aplicaciones medicinales incluyen el tratamiento de la diabetes e hipertensión. Sin embargo, sus efectos citotóxicos han acaparado la atención
  • La vinblastina es parte integral de los regímenes para combatir el cáncer testicular, cáncer de mama y tumores de células germinales, así como linfomas de Hodgkin y no Hodgkin. Por su parte, la vincristina está aprobada para el tratamiento de la leucemia aguda, rabdomiosarcoma, neuroblastoma, tumor de Wilms, enfermedad de Hodgkin y otros linfomas, así como varios trastornos sanguíneos que no son malignos

🩺Por el Dr. Mercola

Muchos medicamentos modernos se derivan de compuestos vegetales purificados y concentrados. Por ejemplo, la vinca rosea (Catharanthus roseus), una planta perenne originaria de Madagascar, es la base de varios medicamentos contra el cáncer que se usan comúnmente desde la década de 1960.1

De los 70 diferentes alcaloides que se encuentran en la vincapervinca, los 2 principales compuestos que se emplean en los medicamentos contra el cáncer son los poderosos alcaloides de la vinca,2 la vinblastina y vincristina.3 Los alcaloides son compuestos que contienen nitrógeno y que se han demostrado que son muy importantes para la salud humana.

Dentro de la familia de los alcaloides, hay algunos que contienen propiedades antiparasitarias, antidiabéticas, anticancerígenas, antihipertensivas o antiasmáticas, por nombrar algunas. Asimismo, otros son beneficiosos para el estado de ánimo.

Incluso el narciso contiene un valioso alcaloide con propiedades anticancerígenas llamado hemantamina. Este inhibe la producción de proteínas de las que las células cancerígenas dependen para crecer y desarrollarse.

La berberina es otro poderoso alcaloide que se encuentra en plantas como la hidrastis, coptis, raíz de la mahonia o uva de Oregón y berberis o agracejo. Por tradición, estas plantas se han usado para tratar la diabetes tipo 2, infecciones gastrointestinales, problemas hepáticos y muchas otras afecciones.

La berberina es particularmente beneficiosa para la función mitocondrial y es un poderoso activador de la AMPK, un interruptor metabólico maestro. Resulta interesante que el glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo, le arrebate a la planta su capacidad para producir estos importantes compuestos medicinales.

Los alcaloides de la vinca son poderosos agentes anticancerígenos

Aparte de la vinblastina y la vincristina, otros 2 alcaloides conocidos por su poder para combatir el cáncer son la vinorelbina y la vindesina.4 En los Estados Unidos, está aprobado el uso de todos estos alcaloides, a excepción de la vindesina; asimismo, la vincristina y vinblastina figuran en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud.5

Un alcaloide sintético de la vinca llamado vinflunina, que fue desarrollado en el año 2008, se aprobó en Europa para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de vejiga. También se está investigando para su uso contra otras enfermedades. Otras de sus aplicaciones medicinales incluyen el tratamiento de la diabetes e hipertensión (presión arterial alta).

Sin embargo, sus efectos citotóxicos han acaparado la atención. Tal y como lo explica un artículo de 2013 publicado en el International Journal of Preventive Medicine:6

"Los principales mecanismos citotóxicos del alcaloide de la vinca se deben a sus interacciones con la tubulina y las alteraciones en la función de los microtúbulos... que provocan directamente la detención de la metafase...
[Los] alcaloides de la vinca y otros agentes antimicrotubulares también tienen un efecto en el ciclo celular amitótico tanto de las células malignas como de las benignas, ya que los microtúbulos están involucrados en muchas funciones amitóticas...
Los alcaloides de la vinca y otros agentes alteradores de los microtúbulos pueden inhibir la angiogénesis maligna in vitro. Por ejemplo, [la vinblastina] a concentraciones de 0.1 a 1.0 pmol/L bloqueó la proliferación endotelial, la quimiotaxis y la diseminación de la fibronectina, los cuales son pasos esenciales en la angiogénesis, pero otros fibroblastos normales y tumores linfoides no se vieron afectados a estas mínimas concentraciones.
En combinación con anticuerpos contra el factor de crecimiento endotelial vascular, las dosis bajas [de vinblastina] aumentaron considerablemente la respuesta antitumoral, incluso en tumores resistentes a los efectos citotóxicos directos del medicamento.
Los alcaloides de la vinca inhiben la proliferación celular al unirse a los microtúbulos, lo que puede causar un bloqueo mitótico y apoptosis...
Los efectos secundarios [de la vinblastina] conllevan toxicidad en los glóbulos blancos, náuseas, vómitos, estreñimiento, disnea, dolor torácico o tumoral, sibilancias y fiebre. Además, rara vez se relaciona con la secreción de la hormona antidiurética".

Antecedentes históricos

Los alcaloides de la vinca son la segunda clase de medicamentos oncológicos que más se utilizan en la actualidad y también son los que se han utilizado por más tiempo. Los alcaloides de la vinca se descubrieron originalmente en la década de 1950 gracias a 2 científicos de Canadá: Robert Noble y Charles Beer.7

Durante ese tiempo, Gordon Svoboda, un investigador médico en Eli Lilly, también agregó la vincapervinca a su lista de temas a investigar, tras haber escuchado informes de su uso para tratar la diabetes durante la Segunda Guerra Mundial. En 1958, Gordon descubrió que el extracto de esta planta también funcionaba de maravilla en las pruebas contra el cáncer.

Ese mismo año, Noble y Beer presentaron sus propios hallazgos anticancerígenos en un simposio de investigaciones de la Academia de Ciencias de Nueva York. Cabe señalar que ambos equipos (Eli Lilly y Noble/Beer) concluyeron que la vincapervinca podría ser útil contra la leucemia, una enfermedad que se caracteriza por la proliferación de glóbulos blancos, ya que su extracto redujo los recuentos de los mismos.

Charles Beer estuvo a cargo de aislar la vinblastina, cuyo nombre acuñó. Y con el tiempo, Eli Lilly y Noble/Beer establecieron un equipo de colaboración en materia de investigación, que dio pie al desarrollo de 2 medicamentos quimioterapéuticos.

En 1961, la vincristina fue aprobada como agente quimioterapéutico por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos. La vinblastina obtuvo la aprobación de la FDA en 1963 y muchos otros países alrededor del mundo aprobaron ambos medicamentos poco tiempo después.

Los alcaloides de la vinca se utilizan como tratamiento convencional contra el cáncer

La vinblastina es parte integral de los regímenes para combatir el cáncer testicular, cáncer de mama y tumores de células germinales, así como linfomas de Hodgkin y no Hodgkin.

Se ha demostrado que la vinorelbina tiene "actividad antitumoral significativa" en las personas con cáncer de mama y también se emplea en el tratamiento contra el cáncer de huesos; asimismo, en los Estados Unidos está aprobada para el tratamiento inicial del cáncer de pulmón avanzado.

Por su parte, la vincristina está aprobada para el tratamiento de la leucemia aguda, rabdomiosarcoma, neuroblastoma, tumor de Wilms, enfermedad de Hodgkin y otros linfomas, así como varios trastornos sanguíneos que no son malignos, tales como la trombocitopenia autoinmune refractaria, el síndrome urémico hemolítico y la púrpura trombocitopénica trombótica.

Los efectos secundarios comunes de la vincristina incluyen: neuropatía periférica, supresión de la actividad de la médula ósea, estreñimiento, toxicidad del sistema nervioso, náuseas y vómito.

Como puede ver, la toxicidad constituye un problema. Aunque el perfil toxicológico de cada alcaloide es diferente, todos los alcaloides de la vinca tienen neurotoxicidad periférica, de los cuales la vincristina es la más poderosa.

Como se señaló en el artículo presentado sobre los alcaloides de la vinca, esta neurotoxicidad está "relacionada con la degeneración axonal y la reducción del transporte axonal, que probablemente son causadas por una alteración de la función microtubular inducida por los medicamentos".

Las únicas formas de contrarrestar estos efectos tóxicos son reducir la dosis, disminuir la frecuencia en la que se administra el medicamento, o bien, interrumpir su uso por completo. "Aunque se han aplicado varios antídotos, entre los que se incluyen la tiamina, vitamina B12, ácido folínico, piridoxina y agentes neuroactivos, no se ha demostrado inequívocamente que estos tratamientos sean efectivos", señalan los autores.

Todos los alcaloides de la vinca, pero en particular la vincristina8 y vinblastina, también presentan toxicidad significativa en el tracto gastrointestinal, tal y como se señaló en un estudio reciente.9 Todos los alcaloides también pueden causar un grave daño tisular y están relacionados con problemas cardíacos agudos, así como con toxicidad sanguínea y pulmonar.

El artículo presentado también especifica que no se deben administrar vacunas mientras se toma un medicamento alcaloide de la vinca, ya que debilitan el sistema inmunológico.

Sus elecciones de estilo de vida pueden brindarle gran prevención contra el cáncer

Aunque los medicamentos oncológicos ejercen su función, es importante recordar que, en primer lugar, sus elecciones diarias de estilo de vida influirán en su riesgo general de desarrollar cáncer. La buena noticia es que puede implementar diversas medidas para reducir ese riesgo. De hecho, creo que al abordar los factores esenciales de su estilo de vida, podría eliminar prácticamente su riesgo de cáncer y enfermedades crónicas, así como mejorar drásticamente sus posibilidades de recuperarse del cáncer si ya lo padece.

Hay muchas otras estrategias que también pueden ser útiles, asimismo, se han escrito varios libros sobre el tema de la prevención natural del cáncer, entre ellos se encuentran los siguientes títulos: "Waking the Warrior Goddess: Dr. Christine Horner's Program to Protect Against and Fight Breast Cancer" de la Dra. Christine Horner, "The Cancer Revolution: A Groundbreaking Program to Reverse and Prevent Cancer" de la Dra. Leigh Erin Connealy y "The Healing Platform: Build Your Own Cure!" de Annie Brandt.

Otro excelente libro para aquellos que quieren entender mejor la función de la alimentación y los fundamentos metabólicos del cáncer es "Tripping Over the Truth: The Return of the Metabolic Theory of Cancer Illuminates a New and Hopeful Path to a Cure" de Travis Christofferson.

Lo que se muestra a continuación, partiendo de los indicadores relacionados con la alimentación, seguidos de otras recomendaciones de estilo de vida, son solo algunas estrategias para prevenir el cáncer:

Consuma alimentos reales, de preferencia biodinámicos y evite los alimentos procesados y azúcares, en especial la fructuosa procesada — Todos los tipos de azúcar son dañinos para la salud en general y promueven el cáncer. Sin embargo, la fructuosa es uno de los más dañinos y debería evitarse tanto como sea posible.

Reduzca los carbohidratos sin fibra, pero consuma muchos vegetales orgánicos frescos junto con grandes cantidades de grasas saludables del aguacate, mantequilla sin procesar, semillas, frutos secos y granos de cacao sin procesar. Considere incorporar alimentos enteros para combatir el cáncer, tales como el brócoli y los alimentos fermentados, así como tomar de un vaso a un litro de jugo de vegetales verdes orgánicos al día.

Comer alimentos orgánicos o biodinámicos certificados le ayudará a evitar los ingredientes transgénicos que suelen estar repletos de glifosato, un presunto carcinógeno que también tiene actividad antibiótica y que ha demostrado dañar la salud de diferentes maneras.

Implemente una dieta cetogénica cíclica — En mi libro titulado “Contra el cáncer”, describo un programa de terapia metabólica mitocondrial que, a mi parecer, es la base de una vida saludable.

La mayoría de las personas simplemente consumen demasiados alimentos procesados, mucha cantidad de grasas poco saludables, carbohidratos netos y muy pocas grasas saludables, lo que resulta en aumento de peso y acumulación de grasa corporal adicional, así como una mayor resistencia a la insulina.

Además, la mayoría consume demasiadas proteínas para tener una salud óptima, y si bien, el ejercicio no puede compensar el daño ocasionado por llevar una alimentación alta en carbohidratos y baja en grasas, la mayoría de las personas tampoco realizan suficiente movimiento físico. Estos factores accionan un alud de procesos metabólicos y biológicos que deterioran su salud y lo "predisponen" al cáncer y otras enfermedades crónicas.

Oncólogos en Turquía también están utilizando un protocolo de tratamiento cetogénico acumulado, que ha demostrado ser efectivo incluso en muchos pacientes con cáncer en fase 4.

Al utilizar estrategias de apoyo metabólico, como la dieta cetogénica y el ayuno, se puede usar una dosis mínima de quimioterapia, lo que elimina muchos de los efectos secundarios y riesgos del tratamiento, mientras que a su vez se optimizan los resultados.

Limite su proteína — Nuevas investigaciones han enfatizado la importancia de las vías mTOR. Cuando están activas, aceleran el crecimiento del cáncer.

Puede apaciguar esta vía al limitar su consumo de proteína a un gramo de proteína por kilogramo de masa corporal magra, o aproximadamente un poco menos de medio gramo de proteína por cada libra de peso corporal magro.

Reemplace el exceso de proteína con grasas de alta calidad, como los huevos orgánicos de gallinas camperas, carnes de alta calidad, aguacates y aceite de coco.

Evite los productos de soya sin fermentar — La soya sin fermentar es alta en estrógenos vegetales, o fitoestrógenos, también conocidos como isoflavonas. En algunos estudios, la soya parece funcionar en conjunto con el estrógeno humano para aumentar la proliferación de las células de los senos, lo que aumenta la posibilidad de la mutación y el desarrollo de células cancerígenas.

Optimice sus niveles de omega-3 — La deficiencia de omega-3 es un factor subyacente común del cáncer,10 así que consuma suficientes grasas omega-3 de origen animal de alta calidad. Le recomiendo realizarse anualmente una prueba de índice de omega-3. Para gozar de una salud óptima y prevenir enfermedades, su índice debe estar por encima del 8 %.

Consuma curcumina — Este es el ingrediente activo en la cúrcuma y en altas concentraciones puede ser muy útil como complemento del tratamiento contra el cáncer. Por ejemplo, ha demostrado tener gran potencial terapéutico para prevenir la metástasis del cáncer de mama.11 

Evite tomar alcohol — O al menos límite su consumo de bebidas alcohólicas a una al día.

Evite la carbonización de las carnes y manténgase alejado de todas las carnes procesadas — Las carnes carbonizadas o asadas están relacionadas con un aumento en el riesgo de cáncer de mama.

Se ha descubierto que la acrilamida, un carcinógeno creado cuando los alimentos almidonados son horneados, asados o fritos, también aumenta su riesgo de cáncer de mama. Le recomiendo que coma al menos un tercio de sus alimentos en forma cruda. Evite freírlos o asarlos a la parrilla; mejor hierva, cueza o consuma sus alimentos al vapor.

Las carnes procesadas de todo tipo también contienen acrilamida, junto con los nitritos que pueden formar compuestos nocivos de N-nitroso en su cuerpo. La evidencia contra la carne procesada es tan fuerte que fue clasificada en 2015 como un carcinógeno del Grupo 1 por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer.

Suspenda su consumo de alimentos al menos 3 horas antes de dormir — De acuerdo con lo que sugiere la evidencia contundente, alimentar las mitocondrias de sus células en un momento en que no lo necesitan, lleva a la producción de especies reactivas de oxígeno (radicales libres) que dañan el ADN mitocondrial y, con el tiempo, afectan el ADN nuclear.

También hay evidencia que indica que las células cancerígenas dañan de manera uniforme las mitocondrias, por lo que lo último que debe hacer es comer antes de irse a la cama.

Realice el ayuno de agua — El ayuno de agua durante varios días, incluso cuando no tiene un problema de peso o de insulina, brinda poderosos beneficios metabólicos que ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades. Cabe señalar que el ayuno mejora radicalmente la capacidad del cuerpo para digerir las células dañadas (autofagia) y aumenta las células madre.

Optimice su microbioma intestinal — Optimizar su microflora reducirá la inflamación y fortalecerá su respuesta inmunológica, las cuales son importantes para prevenir el cáncer. Los investigadores han encontrado un mecanismo dependiente de los microbios mediante el cual algunos tipos de cáncer producen una respuesta inflamatoria que fomenta su desarrollo y crecimiento.

Por lo tanto, inhibir las citoquinas inflamatorias también puede retardar la progresión del cáncer y mejorar la respuesta a la quimioterapia.

Incorporar alimentos fermentados de manera natural a su alimentación diaria es una manera fácil de prevenir el cáncer o de acelerar la recuperación. También puede agregar un suplemento de probióticos de alta calidad, pero los alimentos fermentados naturalmente son la mejor opción.

Asegúrese de que no padezca una deficiencia de yodo — Hay evidencia contundente que relaciona esta deficiencia con ciertos tipos de cáncer. El Dr. David Brownstein,12 autor del libro titulado Iodine: Why You Need it, Why You Can´t Live Without It, es un defensor del uso del yodo en el cáncer de mama. En realidad, tiene propiedades anticancerígenas poderosas y ha demostrado ocasionar la muerte de las células de cáncer de mama y de la tiroides.

Para descubrir más información al respecto, le recomiendo leer el libro del Dr. Brownstein. Y aunque creo que la mayoría de sus premisas son certeras, no estoy completamente convencido de que sus recomendaciones sobre la dosis sean lo ideal.

Me parece que, en realidad, podrían ser hasta 5 o 6 veces más elevadas que la cantidad óptima. Por lo tanto, investigue un poco antes comenzar a consumir yodo.

Mejora su sensibilidad a la insulina y su receptor de leptina — La mejor manera de hacerlo es evitando el azúcar y los granos. También debe limitar su consumo de carbohidratos, excepto los vegetales ricos en fibra. El ejercicio también ayudará a normalizar su sensibilidad a la insulina y leptina.

Mantenga un peso corporal saludable — Esto ocurrirá de forma natural cuando comience a comer de acuerdo con su tipo nutricional y a hacer ejercicio. Es importante perder el exceso de grasa corporal, ya que la grasa produce estrógenos.

Optimice sus niveles de vitamina D — La vitamina D influye en prácticamente cada célula de su cuerpo y es uno de los enemigos más poderosos del cáncer. De hecho, la vitamina D es capaz de entrar en las células de cáncer y desencadenar la apoptosis (muerte celular).

Lo ideal es mantener un nivel de vitamina D de 60 a 80 ng/ml durante todo el año para tener una buena salud en general y prevenir enfermedades. La vitamina D también funciona de manera sinérgica y sin efectos adversos con todos los tratamientos que conozco para el cáncer.

Obtenga suficiente sueño reparador — Asegúrese de obtener suficiente sueño reparador. Dormir mal puede interferir con la producción de melatonina, que se relaciona con un mayor riesgo de resistencia a la insulina y aumento de peso, lo que contribuye a la virilidad del cáncer.

El vínculo entre la falta de sueño y el cáncer es tan fuerte que desde 2007 la Organización Mundial de la Salud ha calificado el trabajo por turnos como un "posible carcinógeno humano" debido a que causa una alteración circadiana.13 Como norma general, los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño por noche.

Haga ejercicio con regularidad — Los investigadores y las organizaciones contra el cáncer recomiendan cada vez más que priorice el ejercicio regular para reducir el riesgo de cáncer y ayudar a mejorar el pronóstico de cáncer. Una de las razones principales por las que el ejercicio sirve para reducir su riesgo de cáncer es porque reduce sus niveles de insulina, asimismo, controlar la insulina es una de las formas más poderosas de reducir su riesgo de cáncer.

La investigación también ha encontrado evidencia que sugiere que el ejercicio puede ayudar a desencadenar la apoptosis (muerte celular programada) en las células cancerígenas. Los estudios también han encontrado que la cantidad de tumores disminuye junto con la grasa corporal, lo que podría ser un factor adicional.

Esto se debe a que el ejercicio ayuda a disminuir sus niveles de estrógeno, lo que explica por qué el ejercicio parece ser particularmente potente contra el cáncer de mama.

Por último, el ejercicio aumenta la biogénesis mitocondrial, que es esencial para combatir el cáncer. Lo ideal es que su programa de entrenamiento incluya ejercicios de equilibrio, fuerza, flexibilidad y entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT, por sus siglas en inglés).

Limitar la exposición a los campos electromagnéticos (EMF, por sus siglas en inglés) — En 2011, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer clasificó a los celulares como un "posible carcinógeno" del grupo 2B.14 La evidencia que respalda la teoría de que la radiación de los EMF puede desencadenar un crecimiento celular anormal y el cáncer,15,16 cada vez es más extensa y contundente.

Entre las pruebas más recientes se encuentran 2 estudios con animales que fueron financiados por el gobierno17 en los que se relacionó la radiación de los celulares con los tumores cerebrales y cardíacos, así como con el daño al ADN y el daño celular.

Estos hallazgos están respaldados por un estudio de exposición de por vida18 realizado por el muy respetado Instituto Ramazzini en Italia, que también encontró un vínculo claro entre la radiación de los celulares y estos tipos de tumores.19,20,21

Uno de los principales problemas es que los EMF desencadenan un poderoso estrés oxidante, que no solo es el origen del cáncer, sino también de la mayoría de las enfermedades crónicas. Para obtener más información, incluyendo sobre cómo reducir su exposición a los EMF, no solo de los celulares y las tecnologías inalámbricas, sino también del cableado doméstico estándar, consulte el artículo titulado "Los celulares están fuertemente vinculados con el cáncer: nuevo estudio reproduce los hallazgos del gobierno".

Evite el BPA, los ftalatos y otros xenoestróngenos — Estos compuestos son parecidos al estrógeno y han sido relacionados a un mayor riesgo de cáncer de mama.

Evite la terapia de reemplazo hormonal sintética, sobre todo si tiene factores de riesgo para el cáncer de mama — El cáncer de mama es un cáncer relacionado con los estrógenos. De acuerdo con un estudio22 publicado en el Journal of the National Cancer Institute, su índice disminuyó a la par con un menor uso de la terapia de reemplazo hormonal.

De igual forma, existen riesgos similares para las mujeres jóvenes que usan anticonceptivos orales. Las píldoras anticonceptivas, que también son hechas de hormonas sintéticas, se han relacionado con el cáncer cervical y de mama.

Si experimenta síntomas excesivos de la menopausia, debería considerar la terapia de reemplazo hormonal bioidéntica, la cual utiliza hormonas que son molecularmente idénticas a las que su cuerpo produce y no causan estragos en su sistema. Esta es una alternativa mucho más segura.

Implemente estrategias para reducir el estrés — El estrés por todas las causas es un factor importante de las enfermedades. Incluso los CDC afirman que el 85 % de las enfermedades se debe a factores emocionales. Es probable que el estrés y los problemas emocionales sin resolver sean más importantes que los físicos, así que asegúrese de abordarlo.

Mi herramienta favorita para solucionar los problemas emocionales es la Técnica de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés). Otras estrategias útiles incluyen meditar, practicar la atención plena, orar y hacer yoga, entre muchas otras.