HISTORIA EN BREVE

  • Después de prohibir una clase de retardantes de llama, se agregó otra clase igual de peligrosa a los productos de consumo. Estos químicos podrían causar un menor coeficiente intelectual, así como problemas de fertilidad y un mayor riesgo potencial de diabetes
  • Un equipo de investigación se refiere a esto como una "sustitución lamentable" y pide que se haga una evaluación de seguridad de los productos químicos en función de su clase
  • Los retardantes de llama se encuentran en los asientos de automóviles, colchones para bebés y las persianas de tela; sin embargo, la EPA eliminó una clase de los mismos de forma gradual debido a que se recopilaron evidencias de que eran tóxicos para el hígado, la tiroides y el desarrollo neurológico de los niños
  • A un equipo de científicos le preocupa que los fabricantes estén programando a los niños para desarrollar diabetes, y descubrió que una clase de retardantes de llama altera la función hepática y aumenta la resistencia a la insulina de forma permanente
  • Si desea reducir su exposición, lávese las manos antes de comer, use una aspiradora con filtro HEPA, retire el polvo con un paño húmedo y busque productos que no contengan retardantes de llama

Por el Dr. Mercola

Los retardantes de llamas son una de las seis clases o familias de sustancias químicas que se encuentran en los productos de consumo y que tienen efectos negativos en la salud. Las clases de estos químicos por las que debemos preocuparnos incluyen productos fluorados, antimicrobianos, bisfenoles y ftalatos, algunos solventes, metales específicos y retardantes de llama.

Una forma sencilla y efectiva de reducir su exposición es lavarse las manos de forma regular. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental, usted puede reducir la exposición de su hijo a los retardantes de llama por medio de técnicas simples de lavado de manos. Estas sustancias químicas se agregan a varios productos de consumo con la intención de hacerlos menos propensos a quemarse y que, cuando suceda, el proceso sea mucho más lento.

Por desgracia, aunque la intención es buena, estas sustancias no son eficaces. Además, afectan la salud puesto que se filtran de los productos y terminan en el polvo que se acumula en el hogar. La EPA les recomienda a los padres que procuren que sus hijos se laven las manos con frecuencia para reducir los riesgos relacionados con la exposición.

Hasta el 2004,1 los principales retardantes de llama pertenecían a una familia de éteres de difenilo polibromados (PBDE), que constaba de 209 posibles sustancias bromadas. Para el 2013, se retiraron los octaBDE de forma voluntaria, los cuales se utilizaban en equipos comerciales hechos de plástico. Dado que esta clase de sustancias químicas tiene una baja solubilidad en el agua, lo normal es que se una a los sedimentos, como la tierra y el polvo.

Los retardantes de llama de reemplazo, llamados compuestos organofosforados, parecen tener algunos de los mismos riesgos para la salud y se comportan de la misma manera en el medio ambiente que la clase predecesora de PBDE.2Esta nueva clase de retardantes de llama se encontró por primera vez en sedimentos superficiales desde el océano Pacífico hasta el Ártico en 2010.3

Es posible que se trate de una sustitución lamentable

Los PBDE se eliminaron de forma gradual a medida que la EPA4 expresó una creciente preocupación por la capacidad de las sustancias para bioacumularse y persistir en el medio ambiente. Dado que se encontraron trazas en la sangre humana y en la leche materna, y que había pruebas de que las sustancias químicas provocaban toxicidad en el hígado, la tiroides y el neurodesarrollo, la EPA emitió una norma que regulaba la eliminación progresiva de dos de los PBDE más comunes.

En un estudio de metaanálisis que se publicó en la revista Environmental Science and Technology Letters,5 los investigadores plantearon la cuestión de si el uso de retardantes de llama a base de ésteres organofosforados (OPFR), el reemplazo de los PBDE, era una mejor opción.

Compararon los OPFR con los PBDE en diversas propiedades con respecto a la interacción en el medio ambiente y la evidencia de los niveles medidos en espacios interiores, entre la población general y la evidencia de efectos adversos para la salud. Descubrieron que los OPFR se encuentran en el medio ambiente en una concentración más alta que los PBDE. 6

El impacto de los OPFR es mucho peor debido a la bioacumulación y la mala degradación de los PBDE en el medio ambiente. Los investigadores afirmaron lo siguiente:7

“Ha llegado el momento de que los fabricantes, con la ayuda de la comunidad científica, dejen de pasar del uso de una familia de productos químicos nocivos a otra; en lugar de eso, deben encontrar formas innovadoras de reducir tanto el riesgo de incendio como el uso de productos químicos peligrosos”.

Con base en la cantidad de retardantes de llama peligrosos que se usan en la actualidad y los que aún permanecen en el medio ambiente, tanto en espacios interiores como en exteriores, los investigadores solicitan que se haga una evaluación de las sustancias químicas según su clasificación y no de forma individual.8 Concluyeron lo siguiente:

"Aquí demostramos que, tal como sucedía con los PBDE, los OPFR ahora se usan en grandes volúmenes, son tan persistentes como para ser detectados a nivel mundial, presentan riesgos para la salud y, en los niveles de exposición actuales, pueden causar daño a los humanos, en especial a los niños. Dado el gran número de OPFR que hay en el mercado, obtener el nivel de pruebas que un gobierno suele exigir para regular cada compuesto resultaría costoso y tomaría mucho tiempo".

La exposición se describe como 'ubicua'

En una revisión pura de 100 estudios, los científicos descubrieron que, en comparación con los PBDE, los OPFR suelen estar presentes en el agua, el aire y el polvo en niveles entre 10 y 100 veces más altos. Además, también se encontraron en casi todas las personas que participaron en los estudios de investigación.

En varios estudios, los datos demostraron que estaban en niveles tan altos como para perjudicar el desarrollo del cerebro en los niños y la fertilidad en los adultos. Se esperaba que el OPFR fuera menos persistente que el PBDE en el medio ambiente. Sin embargo, es difícil medir su presencia en función de las propiedades físicas y químicas de sus compuestos.

Los OPFR tienen una presión de vapor más alta y una vida media más corta, lo cual hizo que los expertos pensaran que viajarían distancias más cortas y que tendrían concentraciones más bajas en el medio ambiente. Por el contrario, son más solubles y pueden persistir en el agua. Múltiples mediciones en todo el mundo han demostrado concentraciones superiores a los PBDE, desde zonas urbanas hasta zonas remotas de los polos norte y sur.

Dichas mediciones también confirmaron que los OPFR abundan en lugares que no se explican en las publicaciones locales. Además de los efectos negativos en el medio ambiente, los investigadores encontraron evidencia de una alta exposición a los OPFR en comparación con los PBDE que parecían originarse en el aire interior, los alimentos y el polvo que se acumula en el hogar.

Los OPFR se utilizan mucho en la industria electrónica y se detectan en niveles más altos en el aire de espacios cerrados. De igual forma, se utilizan en plásticos para consumo y construcción. Los investigadores se refirieron al uso de OPFR como una "sustitución lamentable" o un reemplazo que no se ha sometido a suficientes pruebas de toxicidad, pruebas que deberían aplicarse a una sustancia que se está eliminando de forma gradual debido a que se considera un material peligroso. 9

“La sustitución lamentable ocurre debido a que es difícil cambiar los procesos industriales y no se cuenta con la información toxicológica suficiente, lo que hace que los fabricantes reemplacen una sustancia química por una sustituta que es muy similar en cuanto a estructura, función y potencial de daño”.

¿Estamos programando a la siguiente generación para desarrollar diabetes?

A pesar de que los PBDE ya no se usan en productos manufacturados, los agregados a los productos de consumo antes de 2013 todavía se usan, así que siguen perjudicando la salud. Un estudio que se publicó hace poco10 en la Universidad de Massachusetts-Amherst encontró que la exposición perinatal a retardantes de llama comunes reprogramó de forma permanente el metabolismo hepático de las ratas que se analizaron.

Los investigadores descubrieron que esto provocó un mayor riesgo de resistencia a la insulina y de enfermedad hepática grasa no alcohólica a medida que los ratones maduraban. El equipo identificó un mecanismo que podría ser responsable del efecto. Determinaron que el epigenoma, o los cambios hereditarios en la expresión génica, se alteraba con la exposición a los PBDE a través del cordón umbilical y la leche materna.

En el estudio, se alimentó a las hembras con PBDE para imitar las concentraciones que se encuentran en los humanos que viven en áreas urbanas. Aunque los animales del estudio nunca se expusieron a las sustancias de forma directa, los investigadores descubrieron que alteraron la función de su hígado por el resto de su vida. Un investigador escribió lo siguiente:

"Por lo regular, el órgano se recupera cuando eliminamos el factor que genera estrés. Pero en este caso no observamos mejorías. Los cambios epigenéticos pueden persistir en una fila de divisiones celulares e incluso propagarse a través de generaciones".

Con base en sus hallazgos, el equipo obtuvo fondos del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental para corroborar su hipótesis en humanos. Consideran que esto puede vincular la exposición a los retardantes de llama de los productos utilizados desde el nacimiento hasta la edad adulta con un mayor riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas.

Aunque esta clasificación particular de retardantes de llama ya no se utiliza en la industria, los investigadores descubrieron que la bioacumulación y la concentración están aumentando en el tejido humano. Podrían pasar otros 50 años antes de que esta exposición comience a disminuir.

En el nuevo estudio, el equipo utilizará muestras de una cohorte prospectiva diseñada para investigar la toxicidad en niños. Planean hacer un seguimiento de los mismos individuos a lo largo del tiempo para establecer un vínculo entre los niveles de exposición y los cambios en el metabolismo hepático. Plantean la hipótesis de que esta exposición conduce a niveles más altos de triglicéridos durante la infancia y expresan su preocupación por la salud de los niños en el futuro.

Los riesgos potenciales aumentan con la exposición

De acuerdo con el Green Science Policy Institute, los productos químicos se agregan para cumplir con las normas de inflamabilidad, pero han empeorado la situación ya que no retardan el fuego y se filtran de los productos a su hogar y al aire.

Si fueran efectivos, los bomberos estarían a favor de su uso, pero, por el contrario, están luchando para reducir la exposición y que se prohíban todos los retardantes de llamas.11 Los humos tóxicos durante un incendio exponen a los equipos de primera intervención a un mayor riesgo de padecer enfermedades, como el cáncer.

Se sabe que las sustancias químicas se adhieren a las partículas de polvo. Cuando estas partículas se adhieren a sus manos, puede consumirlas de forma accidental, pueden caer en su comida o llegar al cuerpo de los niños pequeños y las mascotas. El costo de las atenciones médicas relacionadas con un solo retardante de llamas, llamado PentaBDE, se estimó en 209 mil millones de dólares. Estos son algunos de los productos más comunes que contienen retardantes de llama:

Asientos para el auto

Pinturas

Recubrimiento de alambres y cables

Relleno de alfombras

Aislamiento para edificios

Textiles

Colchones para niños

Cajas de televisores

Persianas de tela

Los riesgos aumentan con una mayor exposición

Estas sustancias se encuentran en casi todos los hogares del planeta. El equipo de investigadores del estudio analizó la evidencia epidemiológica tanto de los PBDE como de los OPFR. Existen pruebas científicas bien fundamentadas que demuestran que los PBDE se relacionan con diversos problemas de neurodesarrollo.

En varias evaluaciones in vitro, los OPFR y los PBDE "parecen tener un potencial similar de toxicidad para el desarrollo y el neurodesarrollo" en procesos cruciales para este último.

Reduzca su exposición a los retardantes de llamas

Los retardantes de llamas también se encuentran en el agua potable y en los cuerpos de agua locales. Es importante que busque la manera de tener el menos contacto posible. Considere las siguientes opciones:

  • Cuando compre algún artículo, pregunte si hay una opción que no contenga retardantes de llama.
  • Busque muebles tapizados que tengan una etiqueta TB117-2013, la cual indica que la pieza no contiene estas sustancias.
  • En cuanto a la limpieza, use un paño húmedo para atrapar el polvo, una aspiradora con filtro HEPA y lávese las manos, en especial antes de consumir alimentos.
  • Evite comprar almohadillas para alfombras reacondicionadas a menos que esté seguro de que no contiene estas sustancias.
  • Siempre que esté dentro de sus posibilidades, compre productos que no contengan estas sustancias.