HISTORIA EN BREVE

  • El alcohol es una de las sustancias de las que más se abusa en todo el mundo; su consumo excesivo se relaciona con problemas de salud a largo plazo, sobre todo en el hígado y el cerebro
  • La acumulación de grasa en el hígado es una de las primeras señales de que está consumiendo demasiado alcohol. Además, este problema puede progresar a hepatitis alcohólica y con el tiempo, puede causar cicatrización del hígado que también se conoce como cirrosis
  • También se ha descubierto que las personas que consumen alcohol de forma regular, así como aquellos con problemas de alcoholismo, tienen menos materia gris y un menor volumen cerebral. Pero, eso no es todo, también podrían tener un mayor riesgo de demencia relacionada con el consumo de alcohol (ARD, por sus siglas en inglés)
  • La mejor manera de evitar el daño que causa el alcohol en el hígado y el cerebro es abstenerse o por lo menos, no consumirlo en exceso

Por el Dr. Mercola

El alcohol es una de las sustancias de las que más se abusa en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el abuso de alcohol se relaciona con seis muertes por minuto, lo que equivale a un total de unas 3 millones de vidas al año a nivel mundial. Además, los datos demuestran que el consumo de alcohol incrementó durante los confinamientos, ya que las ventas aumentaron un 54 % en este periodo de tiempo.

Es común escuchar sobre los daños inmediatos por consumir demasiado alcohol, incluyendo lesiones, violencia, intoxicación y conductas sexuales de alto riesgo. Pero, esos solo son los efectos a corto plazo, ya que consumirlo de forma regular también puede provocar problemas de salud a largo plazo, sobre todo en el hígado y el cerebro. Aquí hablaré de las enfermedades crónicas más comunes que se relacionan con el consumo de alcohol, así como de algunos consejos para reducir su riesgo.

Consumir alcohol en exceso causa enfermedades en el hígado

Casi todo el alcohol se metaboliza en el hígado, ya que este órgano procesa hasta el 90 % del alcohol que consume, mientras que el otro 10 % se elimina a través del aliento, el sudor y la orina. Para descomponer y eliminar las moléculas de alcohol, las células del hígado producen dos enzimas principales: alcohol deshidrogenasa (ADH) y aldehído deshidrogenasa (ALDH).

La enzima ADH metaboliza el alcohol en acetaldehído, una sustancia muy tóxica que también es un carcinógeno, mientras que la enzima ALDH convierte el acetaldehído en acetato, que es menos reactivo, pero aún se considera tóxico. Estos dos subproductos tóxicos se relacionan con el daño en las células y tejidos que causa la enfermedad hepática alcohólica, que es un problema de salud que afecta hasta al 35 % de las personas que consumen alcohol de forma regular.

Acumular mucha grasa en el hígado, que también se conoce como esteatosis, es una de las primeras señales de que está consumiendo demasiado alcohol. Este problema de salud se diagnostica cuando al menos el 5 % del peso del hígado es grasa y, a la larga, puede progresar a hepatitis alcohólica, que se caracteriza por la inflamación. Con el tiempo, este tipo de daño puede causar cicatrización del hígado, que también se conoce como cirrosis. Cuando la cicatrización es grave, el tejido cicatricial comienza a remplazar a las células del hígado, lo que deteriora su función y puede causar insuficiencia hepática. Algunos de los síntomas más comunes de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol incluyen:

Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia)

Dolor e inflamación abdominal

Orina oscura

Náuseas o vómitos

Color anormal de las heces

Moretones

Fatiga y desorientación

Fiebre

Debilidad

Inflamación en las piernas y tobillos

Pérdida de apetito

 

El alcohol también reduce el volumen del cerebro y causa deterioro cognitivo

Después de consumirlo, el alcohol puede llegar al cerebro en cuestión de cinco minutos, donde causa daños de muchas formas diferentes. Según un estudio que se publicó en la revista Alcohol Research and Health, el acetaldehído interactúa con la dopamina en el cerebro para crear salsolinol, que es un compuesto neuroactivo que se relaciona con enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. También está la hipótesis de que el abuso crónico de alcohol hace que el cerebro utilice acetato como su principal fuente de energía.

Además, una revisión que se publicó en Frontiers in Neuroscience menciona que el abuso crónico de alcohol también se relaciona con el deterioro cognitivo y cambios en la estructura neuronal. Según los investigadores:

“En general, el abuso del alcohol degenera la médula espinal, altera el sistema nervioso periférico y deja a las células cerebrales sin el alimento que necesitan por la falta de folato y tiamina, así como por los cambios que produce en el metabolismo.
Además, la tolerancia a las sustancias y el incremento de la dosis pueden provocar neuroinflamación y muerte neural”.

También se ha descubierto que las personas que consumen alcohol de forma regular, así como aquellos con problemas de alcoholismo, tienen menos materia gris y un menor volumen cerebral. Pero eso no es todo, también podrían tener un mayor riesgo de demencia relacionada con el consumo de alcohol (ARD, por sus siglas en inglés), que es "más grave que el deterioro cognitivo que se relaciona con la edad".

Otro estudio que se publicó en Journal of Neuroinflammation reveló que consumir alcohol en exceso puede provocar que el cerebro acumule proteínas beta-amiloides, que además de ser dañinas, promueven el desarrollo de Alzheimer. También existe una relación compleja entre el consumo de alcohol y la salud del corazón y el cerebro. Consumir demasiado alcohol deteriora la salud del corazón, lo que a su vez afecta el rendimiento cognitivo.

5 nutrientes que refuerzan la salud del hígado y el cerebro

La mejor manera de evitar el daño que causa el alcohol en el hígado y el cerebro es abstenerse o, por lo menos, no consumirlo en exceso. Si decide beber una copa, también consuma algunos alimentos ricos en estos nutrientes con el fin de reducir un poco los efectos negativos que produce el alcohol en el cerebro y el hígado:

  • Colina. Este nutriente refuerza la salud del hígado al ayudarlo a controlar el metabolismo del colesterol y proteger la membrana. Algunas buenas fuentes de colina incluyen la rúcula, las yemas de huevo orgánico de gallinas camperas, el hígado de res de animales alimentados con pastura, el salmón salvaje de Alaska y el aceite de kril.
  • Magnesio. Muchas personas tienen deficiencia de magnesio, y el alcohol puede empeorar este problema. Según un artículo que se publicó en Annals of Translational Medicine, el magnesio "no solo ayuda a mantener una buena función hepática, sino también podría retrasar la progresión de la enfermedad hepática y reducir el riesgo de mortalidad a causa de este problema de salud".

El magnesio también es un nutriente importante para una buena función cerebral, e influye en procesos como la transmisión nerviosa y la conducción neuromuscular. Algunas buenas fuentes de magnesio incluyen espinacas, acelgas, salmón salvaje de Alaska, carne de res de animales alimentados con pastura, así como frutos secos y semillas como las almendras y las semillas de calabaza.

  • Vitamina C. Consumir alcohol también reduce los niveles de esta vitamina. Mantener niveles óptimos de este poderoso antioxidante es importante para proteger el hígado y el cerebro del daño oxidativo que causa esta sustancia tóxica. Hay muchas frutas y vegetales ricos en vitamina C, que incluyen los cítricos, los pimientos y los vegetales crucíferos.
  • Cardo mariano. Contiene los antioxidantes silimarina y silibina, que podrían ayudar a proteger el hígado de las toxinas, como el alcohol. Además, se sabe que también ayudan a regenerar las células del hígado. Antes de consumir alcohol, tome un suplemento de cardo mariano.
  • Vitaminas B. El abuso crónico de alcohol provoca una deficiencia de folato, niacina, vitamina B6 y tiamina, lo que podría promover el desarrollo de síndromes neuropsiquiátricos. Para mantener niveles óptimos, agregue fuentes de vitaminas B a su alimentación que incluyen carne y vísceras de animales alimentados con pastura, aves camperas, huevos y leche, yogurt natural, hongos y aguacate.

Es importante considerar que estos nutrientes solo ayudan a reforzar la salud de su cerebro y hígado, no a reducir su riesgo de eventos adversos a causa del alcohol. Así que utilice su sentido común y si decide beber, hágalo con moderación.

Estrategias para dejar de consumir alcohol

Lo mejor que puede hacer por su salud es eliminar el alcohol de su vida, aunque para lograrlo, se requiere de tiempo y esfuerzo. Aquí hay algunas estrategias que puede implementar para reducir su consumo de alcohol y dejar de beber en exceso:

1. Fijarse una meta. Si no puede dejarlo por completo, comience con establecer la cantidad de alcohol que planea consumir. Escríbalo y póngalo en un lugar visible, como su teléfono o refrigerador. Elija uno o dos días sin alcohol cada semana, hasta que alcance una semana sin beber. También debe informar a su familia, amigos y compañeros de trabajo sobre su objetivo de dejar de beber.

2. Llevar un registro de su forma de beber. Durante tres o cuatro semanas, mantenga un registro de cada vez que bebió. Incluya información adicional, como cuánto bebió y en dónde. Esto lo ayudará a determinar qué tan bien se está apegando a su objetivo y si necesita buscar ayuda de su médico u otros profesionales de la salud.

3. Eliminar las tentaciones. Saque todo el alcohol de su casa y aprenda a decir no a las personas que le ofrezcan una copa.

4. Beber más lento. Si va a consumir alcohol, tómelo lento y tómese descansos de 30 minutos a 1 hora entre cada copa.

5. Hacer ejercicio de forma regular. El ejercicio ayuda a dejar de pensar en el antojo por el alcohol. De hecho, un estudio demostró que hacer ejercicio de forma regular podría ayudar a reducir algunos de los efectos dañinos en el cerebro por el consumo de alcohol, como el deterioro cognitivo y los cambios neuronales.

Otro estudio que se publicó en Alcoholism: Clinical & Experimental Research descubrió que las personas que han tomado alcohol durante mucho tiempo y hacen ejercicio de forma regular tienen menos materia blanca dañada en sus cerebros que las personas que casi no hacen ejercicio. La materia blanca se considera el "cableado" del sistema de comunicación del cerebro.

6. Priorizar su bienestar. Para optimizar su salud física y mental, manténgase bien hidratado, lleve una alimentación balanceada a base de alimentos frescos y enteros, y asegúrese de dormir bien por las noches.

Además de las estrategias que acabo de mencionar, también recomiendo incorporar los siguientes remedios en su plan de recuperación para ayudarlo a controlar su ansiedad por el alcohol:

  • Nicotinamida adenina dinucleótido (NAD). La niacina (vitamina B3) es el precursor de la coenzima NAD. Pero, dado que las personas que consumen alcohol de forma regular suelen tener deficiencia de niacina, tomar pequeñas dosis de NAD ayuda mucho a las personas que deciden dejar de tomar, ya que podrían ayudar a frenar el antojo por el alcohol, desintoxicar el cuerpo, eliminar el alcohol (u otras sustancias) del sistema y aliviar los síntomas de abstinencia.
  • N-acetilcisteína (NAC). Esta es una forma del aminoácido cisteína que ayuda a reducir el consumo de alcohol y los síntomas de abstinencia. Un estudio que involucró a personas que consumían una copa de alcohol a la semana también demostró que la NAC incrementó la probabilidad de abstenerse.

Por último, recuerde que eliminar el alcohol de su vida es un proceso que requiere de tiempo y esfuerzo. No se rinda, incluso si recae en algún momento, no deje de internarlo. Recuerde que, la clave para alcanzar la sobriedad es ser constante.