HISTORIA EN BREVE

  • Amenorrea es el término médico con el que se hace referencia a la ausencia de sangrado menstrual. La amenorrea en sí no es una enfermedad, pero puede ser un signo de un problema de salud subyacente
  • Es posible que le diagnostiquen amenorrea si no ha menstruado durante tres meses consecutivos (o seis meses en el caso de las mujeres que ya han tenido ciclos irregulares) o si tiene 15 años o más y aún no ha menstruado
  • Algunos nutrientes específicos, los patrones de consumo de alimentos y la nutrición en general pueden mantener o alterar el equilibrio hormonal, así que debe asegurarse de llevar una alimentación saludable. Los hábitos influyen mucho en la producción de hormonas del cuerpo; por tanto, elegir un estilo de vida más saludable puede contribuir en gran medida a regular sus períodos
  • Uno de los métodos más comunes para tratar la amenorrea es la terapia de reemplazo hormonal. Aunque puede parecer una buena estrategia, el uso de estrógenos sintéticos, e incluso de estrógenos naturales de animales, se ha relacionado con numerosos efectos secundarios a largo plazo

Por el Dr. Mercola

La menstruación o periodo es una parte del ciclo menstrual normal de las mujeres, en la que el cuerpo se prepara para un posible embarazo al desprenderse del revestimiento del útero. La mayoría de las mujeres tienen su período cada 28 días, aunque todavía se considera "regular" si se presenta cada 21 a 40 días.

Si aún no ha tenido su período y ya alcanzó la pubertad, no ha pasado por la menopausia y no está embarazada, es probable que esté experimentando amenorrea. Siga leyendo para descubrir cómo puede tratarla con algunos cambios en el estilo de vida y la alimentación.

Antes que nada: ¿qué es la amenorrea?

Amenorrea es el término médico con el que se hace referencia a la ausencia de sangrado menstrual durante los años reproductivos entre la pubertad y la menopausia. La amenorrea en sí no es una enfermedad; no obstante, puede ser signo de un problema de salud subyacente. Existen dos tipos de amenorrea: primaria y secundaria.

La amenorrea es primaria cuando no se ha presentado el primer período a la edad de 15 años, mientras que la amenorrea es secundaria cuando una mujer con ciclos menstruales regulares no tiene su período durante tres meses o más. En caso de que haya tenido ciclos menstruales irregulares, es posible que se le diagnostique amenorrea secundaria si no tiene su período en seis meses o más tiempo.  Además de la falta de menstruación, estos son otros síntomas de amenorrea:

Pérdida de pelo

Cambios en la visión

Dolor de cabeza

Dolor pélvico

Acné

Secreción de leche por los pezones

Vello excesivo en el rostro

Desarrollo mamario nulo (en la amenorrea primaria)

¿En qué casos es necesario consultar a un médico?

Si no ha tenido sus períodos menstruales durante tres meses consecutivos (o seis meses si ya ha tenido ciclos irregulares) o si tiene 15 años o más y aún no ha empezado a menstruar, debe consultar a un médico. Por lo general, el diagnóstico implica un examen pélvico, mamario o genital, al igual que diversos análisis de sangre para determinar si hay algún problema de salud subyacente, lo que incluye pruebas de función tiroidea, de prolactina y de función ovárica, entre otras.

¿Cuál es la causa de la amenorrea?

La amenorrea primaria puede presentarse debido a enfermedades genéticas, problemas en los órganos reproductivos, en el sistema nervioso central o en la glándula pituitaria. Por otro lado, la amenorrea secundaria puede surgir debido a ciertos medicamentos y anticonceptivos, problemas en el desarrollo de los órganos reproductivos, el estrés y malos hábitos que generan desequilibrio hormonal, de manera particular, niveles bajos de estrógeno.

De hecho, varias mujeres han informado que dejaron de menstruar después de adoptar dietas restrictivas y hacer ejercicio excesivo como parte de una tendencia en las redes sociales durante los confinamientos. De igual manera, se descubrió que quienes no consumen los nutrientes apropiados y tienen un peso corporal muy bajo (debido a trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia) tienen niveles bajos de estrógeno, lo cual ocasiona amenorrea secundaria.

Además, las atletas femeninas corren un mayor riesgo de padecer amenorrea, ya que es probable que participen en actividades muy intensas que las lleve a tener un bajo nivel de grasa corporal, experimentar estrés y gastar mucha energía, los cuales son factores de riesgo de anomalías en el ciclo menstrual. La amenorrea que tiene su origen en una pérdida significativa de peso, el ejercicio intenso o el estrés también se denomina amenorrea hipotalámica funcional (AHF), que representa el 30 % de todos los casos de amenorrea secundaria.

Si la amenorrea no se trata, es posible que haya un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, trastornos óseos y problemas de fertilidad a largo plazo. Por fortuna, es posible corregirla una vez que se aborda la causa subyacente. En el caso de la AHF, puede ser beneficioso adoptar hábitos saludables y llevar una alimentación equilibrada a base de alimentos enteros y orgánicos. Analizaremos esto en mayor detalle a continuación.

8 alimentos que ayudan a equilibrar las hormonas para mantener una menstruación normal

Algunos nutrientes específicos, los patrones de consumo de alimentos y la nutrición en general pueden mantener o alterar el equilibrio hormonal, así que debe asegurarse de llevar una alimentación saludable. Estos son algunos alimentos que debe incluir en su alimentación para apoyar la producción de hormonas de su cuerpo, equilibrar los niveles de las mismas y regular sus períodos menstruales:

1. Ácidos grasos saludables. Los ácidos grasos omega-3 pueden contribuir a la producción de hormonas y contrarrestar la resistencia a la insulina, que es un importante factor de riego en lo que a trastornos menstruales se refiere. El salmón salvaje de Alaska, las sardinas, los huevos de gallinas camperas, los aguacates y las nueces son algunas fuentes de omega-3.

También puede considerar tomar suplementos de omega-3, ya que han demostrado ayudar a aumentar los niveles de estrógeno cuando se combinan con ejercicio moderado. Aun así, recuerde que lo ideal es obtener los nutrientes de una alimentación balanceada.

2. Canela. De acuerdo con un estudio publicado en Research Gynecology, consumir canela puede ayudar a regular los niveles de insulina, el ciclo menstrual y la función metabólica en mujeres que padecen síndrome de ovario poliquístico (SOP), que es una de las posibles causas de la amenorrea secundaria.

3. Semillas de linaza. Las semillas de linaza son una excelente fuente de lignanos, un tipo de fitoestrógeno (estrógeno vegetal) que tiene efectos hormonales y puede ayudar a modular los niveles de estrógeno.

4. Semillas de sésamo. Además de ser ricas en fitoestrógenos, investigaciones han demostrado que consumir semillas de sésamo o ajonjolí puede ayudar a mejorar no solo los niveles de hormonas sexuales, sino también el estado antioxidante y los lípidos en la sangre.

5. Ajo. Múltiples estudios han demostrado que el ajo puede ayudar a mejorar los niveles de estrógeno en la sangre. Asimismo, un estudio publicado en el Journal of Dietary Supplementsreveló que los suplementos de aceite de ajo pueden ayudar a reducir el riesgo de pérdida ósea en mujeres con deficiencia de estrógeno.

6. Alimentos ricos en vitamina B6. La vitamina B6 puede ayudar a modular la prolactina, la cual ha demostrado causar amenorrea cuando sus niveles son más altos de lo normal. De acuerdo con un estudio en The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, “cuando se reduce la secreción excesiva de prolactina, [la vitamina B6] puede ser de gran ayuda en el tratamiento médico a largo plazo para las mujeres con hiperprolactinemia y síndrome de galactorrea-amenorrea”. Algunas fuentes de esta vitamina son el hígado de res, el salmón salvaje de Alaska, las aves de corral, las verduras de hojas verdes oscuras y algunas frutas como el plátano, la papaya y el melón.

7. Bayas y vegetales crucíferos. Tanto las bayas(como las fresas, los arándanos y las frambuesas) como los vegetales crucíferos (como la coliflor, el brócoli, las coles de Bruselas y la col), son excelentes fuentes de fitoestrógenos que pueden ayudar a modular la actividad estrogénica.

8. Alimentos ricos en probióticos. Un estudio que se publicó en la revista Maturitas confirma que existe una relación entre los niveles de estrógeno y el microbioma intestinal. De acuerdo con los investigadores, una disbiosis de la microbiota intestinal puede ocasionar que haya una “menor cantidad de estrógenos circulantes”, lo que a su vez contribuye al desarrollo de la obesidad, el síndrome metabólico y problemas en el sistema reproductivo.

Si desea mantener su intestino saludable, agregue una fuente de probióticos a su alimentación, como el yogur proveniente de animales alimentados con pastura, el kéfir y los vegetales fermentados como el chucrut y el kimchi.

Además de saber qué alimentos comer, también debe ser consciente de cuáles evitar para no perjudicar sus hormonas. Algunos de ellos son los alimentos que contienen cantidades excesivas de azúcar, como las bebidas carbonatadas, los jugos de frutas endulzados con azúcar, los dulces y los productos de pastelería. Consumir azúcar en exceso implica un riesgo de tener niveles altos de insulina, lo que puede conducir a un desequilibrio de testosterona y estrógeno. De igual manera, debe evitar las bebidas alcohólicas, ya que se han relacionado con la desregulación hormonal.

Adopte hábitos saludables para su estilo de vida

Los hábitos influyen mucho en la producción de hormonas de su cuerpo, así que adoptar un estilo de vida más saludable puede contribuir en gran medida a regular sus períodos. Haga ejercicio en la justa medida, ni menos ni más de lo necesario; de esta manera, logrará mantener un peso saludable. De igual forma, debe reducir sus niveles de estrés con ayuda del yoga, la meditación o la música relajante.

También es beneficioso tener una buena calidad de sueño, ya que no dormir lo suficiente se ha relacionado con desequilibrios hormonales. Pasar tiempo bajo el sol para optimizar sus niveles de vitamina D es otra estrategia importante, ya que la deficiencia de la misma puede hacer que los niveles de estrógeno sean más bajos.

¿La terapia de reemplazo hormonal es una buena opción?

Uno de los métodos más comunes para tratar la amenorrea es la terapia de reemplazo hormonal; sin embargo, no la recomiendo. Esta terapia implica el uso de hormonas sintéticas o medicamentos que consisten en estrógeno y progestina.

Aunque pueda parecer una gran estrategia, el uso de estrógenos sintéticos, e incluso estrógenos naturales de animales, se ha relacionado con numerosos efectos secundarios a largo plazo, como un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama, cáncer de endometrio y niveles altos de insulina.

La progestina, una forma sintética de progesterona, también ha demostrado tener muchos efectos secundarios a largo plazo y tal vez sea más perjudicial que los estrógenos sintéticos. Estos efectos secundarios son reconocidos incluso por las instituciones médicas convencionales. Por lo anterior, lo mejor es que evite la terapia con cualquiera de estas hormonas para tratar sus síntomas de amenorrea.