HISTORIA EN BREVE

  • Los investigadores estudiaron el efecto del ayuno periódico constante en las complicaciones de COVID y descubrieron que disminuyó el riesgo de hospitalización y mortalidad, pero no el riesgo de contraer la enfermedad
  • El estudio confirmó investigaciones anteriores de que el ayuno intermitente y la alimentación con restricción de tiempo, que son dos tipos diferentes de patrones de alimentación, disminuyen el riesgo de sufrir complicaciones de COVID y promueven la pérdida de peso
  • La obesidad es un factor de riesgo independiente para el COVID-19 y que además contribuye a otras comorbilidades que se relacionan con la gravedad; incluso la obesidad leve puede influir con la gravedad de la enfermedad
  • Los datos recopilados desde principios de 2020 han demostrado la importancia de tener niveles óptimos de vitamina D para reducir la gravedad del COVID, y la deficiencia también se relaciona con un riesgo mayor de obesidad
  • En México existen varios estados que han implementado medidas para prohibir la venta de comida chatarra a menores de edad en un intento por reducir las tasas de obesidad y diabetes que se relacionan con una gran cantidad de muertes

Por el Dr. Mercola

Durante el primer año de la pandemia de COVID-19, varios estudios comenzaron a descubrir algunas de las estrategias saludables que podrían reducir su riesgo de sufrir complicaciones de COVID, o incluso evitar que contraiga el virus. La investigación publicada en julio de 2022 se suma a la creciente evidencia científica de que los patrones de alimentación pueden mejorar su estado de salud y reducir su riesgo de sufrir complicaciones de COVID. 1

El estudio se publicó en BMJ Nutrition, Prevention & Health y descubrió que el ayuno periódico disminuyó el riesgo de sufrir complicaciones de COVID. Aunque los términos ayuno intermitente y alimentación con restricción de tiempo o ayuno con restricción de tiempo se han utilizado de manera indistinta, son patrones de alimentación únicos.

Para aclarar,2 el ayuno intermitente incluye la restricción de energía de dos a tres días a la semana o en días alternos. En otras palabras, aunque con el ayuno intermitente puede restringir las horas en las que come, también debe incluir la restricción de calorías. El ayuno con restricción de tiempo limita el período en el que consume alimentos durante el día, pero no restringe la cantidad de calorías que consume.

La mayoría de las personas que siguen una alimentación con restricción de tiempo limitan el tiempo que consumen alimentos de 8 a 10 horas o menos la mayoría de los días de cada semana. Los estudios con animales3,4,5,6 demostraron que los patrones de alimentación con restricción de tiempo y de calorías pueden prolongar la esperanza de vida. El estudio actual también demuestra que disminuye el riesgo de sufrir complicaciones por COVID y, por lo tanto, la mortalidad.

Un estudio demostró que el ayuno periódico disminuye el riesgo de sufrir complicaciones de COVID

En el estudio presentado,7 los investigadores inscribieron a pacientes de un centro de atención secundaria en Salt Lake City, Utah, que se habían sometido a un cateterismo cardíaco y completaron una encuesta socioconductual con preguntas sobre el ayuno periódico, la educación, el consumo de alcohol y el sueño.

Los pacientes no se escogieron al azar, pero los siguieron por medio de la vigilancia longitudinal del Proyecto de Recolección de Muestras Biológicas y Registro de Investigación de Intermountain Healthcare (INSPIRE).  Los investigadores definieron el ayuno periódico con base en dos preguntas de la encuesta que investigaban si los participantes realizaban ayunos periódicos y durante cuántos años.

Los investigadores dividieron a los pacientes en dos grupos: los que ayunaron de forma rutinaria durante cinco años o más y los que dejaron de ayunar antes de completar la encuesta. Se excluyeron a los pacientes que no ayunaban de forma periódica pero que habían ayunado durante cinco años o más antes de que iniciara el estudio.

La cohorte del estudio incluyó a 1 524 personas, de las cuales: 205 dieron positivo para SARS-CoV-1 y 1 319 dieron negativo.  8 Los resultados demostraron que los que realizaban ayunos periódicos tenían un riesgo menor de mortalidad u hospitalización por COVID-19. Esto ocurrió incluso después de considerar los factores de confusión, como un infarto de miocardio previo o un ataque isquémico transitorio, la edad y la insuficiencia renal.

Se realizó un análisis secundario, durante el cual los investigadores descubrieron que, aunque el ayuno periódico protegía a los participantes de enfermedades graves, este efecto no disminuía el riesgo de contraer COVID-19. Los investigadores descubrieron que Utah tiene el promedio de edad más baja de los Estados Unidos y la cuarta tasa más baja de enfermedad coronaria.

En general, Utah cuenta con una tasa baja de letalidad que, según la hipótesis, podría haber ocurrido porque el estado tiene una de las tasas de tabaquismo más bajas. A pesar de que se tomaron en cuenta esas características, el ayuno periódico continuó siendo un indicador independiente de un menor riesgo de hospitalización y mortalidad.

Utah presentó una oportunidad única para evaluar el ayuno periódico de rutina debido a que el 60 %9 de los residentes son miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (LDS), en la que el ayuno periódico de rutina es una práctica común. 10 Los investigadores también descubrieron11 que, en promedio, hasta el 36% de todos los pacientes en el Sistema Intermountain han utilizado de manera rutinaria el ayuno periódico durante más de cuatro décadas.

Un mundo post-COVID debe enfocarse en la salud preventiva

Para las personas que han prestado atención a las características de las personas con mayor y menor riesgo de enfermedad grave, se ha vuelto evidente que en un mundo posterior al COVID, es esencial prestar mucha atención y concentrarse en participar en acciones para preservar la salud.

Lo cierto es que mantenerse sano a través de la alimentación, y el ejercicio puede ayudar a reducir su riesgo de sufrir complicaciones por COVID y tal vez tendrá el mismo beneficio para otros virus que podrían “aparecer” de manera repentina en la sociedad. La buena noticia es que, al igual que otras enfermedades virales, sus posibilidades de mantenerse bien o de tener un caso leve dependen de su función inmunológica, que es más importante de lo que piensa.

Un estudio12 publicado en 2017 utilizó un modelo animal para analizar la alimentación con restricción de tiempo y el efecto que tendría con el aumento de peso y la obesidad inducida por una alimentación rica en grasas. Descubrieron que la alimentación con restricción de tiempo disminuyó el aumento de peso en comparación con las ratas que consumieron una alimentación rica en grasas, a pesar de que el consumo de calorías en 24 horas fue el mismo.

Otro estudio13 que analizó la alimentación con restricción de tiempo y el efecto que tuvo sobre la salud metabólica en personas que no tenían problemas de obesidad, descubrió que las personas que restringieron su consumo de alimentos durante la primera parte del día demostraron más beneficios en la resistencia a la insulina en comparación con las que restringieron su consumo de alimentos a la parte media del día.

Al final, una revisión de la literatura14comparó el ayuno intermitente con restricción de calorías, la alimentación con restricción de tiempo y la restricción de energía continua. Aunque hubo una comparación limitada con la restricción de energía continua, los investigadores encontraron evidencia en estudios con animales de que la alimentación con restricción de tiempo protegió contra la obesidad inducida por la alimentación y las bacterias obesogénicas del microbioma intestinal, asimismo, reguló el peso corporal.

Aparte de los beneficios de la alimentación con restricción de tiempo, los investigadores también identificaron cambios fisiológicos beneficiosos del ayuno periódico, que incluyen:

  • Normalizar la sensibilidad a la insulina15 y leptina16
  • Promover la producción de la hormona del crecimiento humano (HGH)17
  • Reducir los niveles de triglicéridos18
  • Disminuir el estrés oxidativo19

Reducir el riesgo de sufrir comorbilidades por COVID

La obesidad es un factor de riesgo independiente para el COVID-19 y un factor que contribuye a otras comorbilidades que se relacionan con la gravedad de la enfermedad. De acuerdo con los datos, la obesidad leve puede influir en la gravedad del COVID-19. Los investigadores analizaron a 20 482 pacientes con COVID-19 hospitalizados entre el 1 de marzo y el 20 de abril de 2020, y concluyeron:21

“La obesidad es un factor de riesgo fuerte e independiente de la insuficiencia respiratoria, el ingreso en la UCI y la muerte de los pacientes con COVID-19. Un IMC ≥ 30 kg/m2 identifica a pacientes con un riesgo mayor de sufrir complicaciones, mientras que un IMC ≥ 35 kg/m2 aumenta demasiado el riesgo de muerte”.

Las personas con obesidad moderada o grave tenían riesgo entre un 28 % y un 30 % mayor de requerir hospitalización22,23por COVID que las que estaban en un rango de IMC normal.

Cuando se comparó el efecto de la obesidad, la diabetes y la presión arterial alta con la edad, los datos24demostraron que las tres afecciones tenían un efecto acumulativo y aumentaban el riesgo de mortalidad en personas de edad avanzada. Los CDC identificaron que estas afecciones aumentan el riesgo de sufrir complicaciones por COVID:25

Cáncer

Enfermedad renal crónica

Enfermedad hepática crónica

Enfermedad pulmonar crónica

Fibrosis quística

Demencia

Diabetes

Discapacidades

Enfermedades del corazón

Afecciones inmunocomprometidas

Enfermedad de células falciformes o talasemia

Trasplante de órganos sólidos o células madre sanguíneas

Derrame cerebral o enfermedad cerebrovascular

Tabaquismo, actual o anterior

Trastornos por uso de sustancias

Infección por VIH

Problemas de salud mental

Sobrepeso y obesidad

Inactividad física

Embarazo

Tuberculosis

Pequeños cambios pueden ofrecer grandes recompensas

Como lo demostró el estudio presentado,26incluso el ayuno periódico tiene un efecto poderoso en reducir el riesgo de sufrir complicaciones por el COVID-19. El estudio también demostró que un esfuerzo constante fue lo que marcó la diferencia. Investigaciones adicionales también demostraron que comer con restricción de tiempo27 también disminuye el riesgo de sufrir complicaciones por COVID-19.

Los investigadores del estudio presentado escribieron: "La pérdida de apetito es una respuesta típica a la infección, lo que podría indicar que el cuerpo humano tiene mecanismos intrínsecos para iniciar el ayuno con el fin de activar el sistema inmunológico".28 Además, escribieron que el ayuno ayuda a activar la autofagia, que es la forma en que el cuerpo elimina las células dañadas y los patógenos.

La autofagia es una forma poderosa de tratar enfermedades y mantener la homeostasis. 29 Otra estrategia es alcanzar y mantener niveles óptimos de vitamina D. Los datos30 han demostrado que la vitamina D es un factor de riesgo independiente de las complicaciones, hospitalización y mortalidad por COVID-19 y que la deficiencia de vitamina D también se relaciona con la obesidad. 31

Grassroots Health32 recomienda que su nivel de vitamina D llegue a un mínimo de 40 ng/mL (100 nmol/L). Debido a que todas las personas responden de manera diferente a la luz de los rayos del sol y los suplementos, la única forma de conocer su nivel es con una prueba. Puede usar los resultados para determinar cuánto suplemento (o exposición a los rayos del sol) podría necesitar para alcanzar su nivel óptimo al usar la calculadora Grassroots Health.

México cree que los niños tienen el derecho de consumir alimentos saludables

Aunque la alimentación con restricción de tiempo es una estrategia poderosa para promover la salud, el ayuno y el ejercicio no pueden contrarrestar los efectos de la comida chatarra ultraprocesada. En agosto de 2020, la BBC33 informó que el Estado de Oaxaca en México, prohibiría la venta de comida chatarra a menores de edad en un intento por reducir las tasas de obesidad y diabetes en la zona.

En ese momento, México tenía una de las tasas de obesidad infantil más altas del mundo, la nación consumía más bebidas dulces carbonatadas por persona que cualquier otra nación y tenía la tercera cifra más alta de muertes por COVID en el mundo. Los niveles de obesidad son una gran preocupación, de hecho, los policías se han inscrito en programas para bajar de peso. Mientras el congreso mexicano aplaudía la acción, los comerciantes y vendedores ambulantes protestaron.

Poco más de un año después, un informe de seguimiento34 reveló que, aunque Oaxaca fue el primer estado en México en prohibir la comida chatarra para menores de edad, no fue el único. En lo que se describió como un “un movimiento que sentó las bases, iniciado por la defensa 13 grupos de indígenas diferentes”,35 dos estados hicieron lo mismo y muchos decidieron aplicar la misma ley.

El impulso inició por el papel que desempeña la nutrición para preservar la salud. Los medios mexicanos también publicaron mensajes sobre los peligros de consumir alimentos procesados y el subsecretario de salud se refirió a los refrescos como “veneno embotellado”. Esto está muy lejos de las acciones de otros gobiernos para proteger la salud de los niños.

Tome medidas para tomar control de su salud

Debido a que contamos con un panorama financiero y de atención médica que cambia muy rápido, ahora es más importante que nunca tomar medidas para tomar control de su salud. Como lo han demostrado los datos, algunas acciones efectivas incluyen optimizar su nivel de vitamina D, seguir una alimentación con restricción de tiempo y evitar la comida chatarra ultraprocesada.

De hecho, perder peso puede reducir su riesgo de contraer COVID-19 y podría evitar que surjan virus en el futuro. Centrarse en alcanzar un peso saludable podría ayudar a prevenir enfermedades virales, incluso si tiene un sobrepeso leve. También puede ayudarlo a evitar otros problemas relacionados con la obesidad que son afecciones comórbidas para el COVID, como enfermedades cardíacas, presión arterial alta y diabetes.

Un estudio realizado en Italia demostró que36 más del 99 % de las personas que fallecieron por complicaciones relacionadas con el COVID-19 tenían afecciones médicas subyacentes. Entre las muertes, el 76.1 % tenía presión arterial alta, el 35.5 % diabetes y el 33 % enfermedad cardíaca.

Otro estudio demostró 37 que la obesidad era la afección subyacente más prevalente en las personas hospitalizadas por COVID-19 de 18 a 49 años, justo por delante de la hipertensión. De hecho, los alimentos procesados, la comida chatarra y los refrescos son los principales culpables de la obesidad y las enfermedades crónicas que son factores importantes en las muertes por COVID-19.

En realidad, no pasó mucho tiempo antes de que se hiciera evidente que la pandemia del COVID-19 evidenciara una pandemia mucho más extendida, que es la de la resistencia a la insulina. Todas las comorbilidades que incrementan los riesgos de sufrir consecuencias graves por el COVID-19 (como el riesgo de enfermedad sintomática, hospitalización y muerte) tienen su origen en la resistencia a la insulina.

Si se trata la resistencia a la insulina, junto con la deficiencia de vitamina D, muy pocas personas, excepto las personas mayores y frágiles, estarían en riesgo de contraer la infección por SARS-CoV-2. Llegó el momento de tomar medidas para mejorar la salud y evitar la resistencia a la insulina. Una población sana no será tan vulnerable a enfermedades infecciosas como el COVID-19.