HISTORIA EN BREVE

  • En julio de 2021, el periódico The New York Times (NYT) publicó un artículo titulado: "El difusor más influyente de desinformación sobre el coronavirus", en el que hicieron varias afirmaciones falsas sobre mí
  • En este exitoso artículo del NYT, la autora, Sheera Frenkel, citó uno de mis artículos en el que declaré que las vacunas anticovid eran un fraude médico, ya que no previenen la infección, no brindan inmunidad y tampoco detienen la transmisión. De acuerdo con Frenkel, eso fue información errónea
  • A principios de 2021, Bill Gates, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los principales medios de comunicación, el Dr. Anthony Fauci y el presidente Biden, dijeron que, si recibía las vacunas, no contraería COVID ni lo transmitiría a los demás. La situación avanzó muy rápido y la realidad cada vez es más evidente. Las vacunas no previenen la infección ni el hecho de que el virus se propague. El presidente Biden y el Dr. Fauci, quienes cuentan con su esquema de vacunación completo y todas las dosis de refuerzo, admitieron haber contraído COVID dos veces
  • Ahora, el NYT decidió atacar de nuevo con un documental completo en mi contra, titulado "Superspreader"
  • El documental del NYT se estrenó el viernes 19 de agosto de 2022 en el canal FX y en la plataforma Hulu

Por el Dr. Mercola

En julio de 2021, el periodico The New York Times(NYT) publicó el exitoso artículo titulado:1 "El difusor más influyente de desinformación sobre el coronavirus", en el que hicieron varias afirmaciones falsas sobre mí. Ahora, el NYT decidió atacar de nuevo con un documental completo en mi contra, titulado "Superspreader".

El NYT me sigue etiquetando como un 'propagador de desinformación'

En una reseña televisiva del 5 de agosto de 2022, Alex Reif escribe:2

“Las noticias se pueden propagar como un virus. Debido a que vivimos en un mundo muy acelerado, no tarda mucho tiempo en difundirse, por lo que es muy importante obtener la información de una fuente confiable.
En el último episodio de la serie de FX “The New York Times Presents”, los espectadores tendrán un ejemplo perfecto de esto con 'Superspreader', que analiza a un médico con muchos seguidores, a quien se le atribuye ser el principal difusor de información errónea sobre el COVID-19 y la vacuna en la industria del bienestar.
Una de las notas previas al final del documental afirma que el comisionado de la FDA, Robert Califf, considera que la información errónea es la principal causa de muerte en el país y debido a esto…
Otro punto destacado del documental es una entrevista con Imran Ahmed, director ejecutivo del Center for Encountering Digital Hate, quien clasificó al Dr. Mercola en la parte superior del grupo 'The Disinformation Dozen', una lista basada en las doce personas más influyentes que lideran el intento por evitar la vacuna antiCOVID-19.
También presenciamos cómo existieron varias compañías de redes sociales que eliminaron al Dr. Mercola de la plataforma y cómo eso no ha hecho mucho para detener la desinformación.
A primera vista, el documental titulado: 'Superspreader' habla sobre el Dr. Joseph Mercola, el imperio que construyó y las personas que creen todo lo que dice sin dudarlo. Pero también es un recordatorio de que si algo parece demasiado bueno para ser verdad, es muy probable que lo sea”.

El documental del NYT se estrenó el viernes 19 de agosto de 2022 por el canal FX y en la plataforma Hulu.

Las personas que dicen la verdad han demostrado ser inocentes

En el exitoso artículo del NYT, la autora, Sheera Frenkel, citó un artículo que publiqué y en el que dice que cuestioné "la definición legal de las vacunas" y declaré que las vacunas anticovid eran "un fraude médico", por la sencilla razón de que no previenen infecciones, no proporcionan inmunidad y tampoco detienen la transmisión de la infección.

De acuerdo con Frenkel, eso fue desinformación. De acuerdo con el gobierno de Estados Unidos y sus “expertos”, las vacunas anticovid funcionaron como cualquier otra vacuna.

La promesa era que, si se vacunaba, no contraería COVID y tampoco lo transmitiría a otras personas.  Supuestamente, el hecho de “vacunar” a la población acabaría con la pandemia. La situación avanzó muy rápido y la realidad cada vez se hizo más que evidente.

En febrero de 2021, advertí que todo era un fraude médico, mientras que hoy en día existe evidencia de todo el mundo que demuestra que estaba en lo cierto.

El presidente Biden tiene su esquema de vacunación completo junto con todas sus dosis de refuerzo y ha tenido dos veces COVID. Lo mismo ocurre con el Dr. Fauci y muchos funcionarios gubernamentales de todo el mundo. Los contagios han ocurrido en personas que ya contaban con su esquema de vacunación completo. La realidad es que, en febrero de 2021, advertí que todo era un fraude médico, mientras que hoy en día existe evidencia de todo el mundo que demuestra que estaba en lo cierto.

Las vacunas no evitan que se contagie y tampoco que transmita el virus a los demás. Como tal, las vacunas anticovid no funcionan como una vacuna, y es imposible que la vacunación masiva termine con la pandemia, ya que usted tiene la capacidad de contagiar a las personas si recibe la vacuna y contrae COVID como si no hubiera recibido ninguna vacuna.

Sin embargo, a pesar de que el tiempo ha demostrado que he dicho la verdad, el NYT ha decidido redoblar esfuerzos y publicar un documental completo para dejar en claro que soy un "propagador de desinformación", cuando en realidad deberían analizarse ellos primero. Tal vez sea importante tener en cuenta que comenzaron a planear este video desde el año pasado.

Las afirmaciones 'refutables' son verdaderas

En su exitoso artículo de 2021, Frenkel también destacó mis comentarios sobre la capacidad de las vacunas anticovid para “alterar su codificación genética, en especial para convertirlo en una fábrica de proteínas spike que no tienen un interruptor”. De acuerdo con Frenkel, estas afirmaciones “eran muy refutables”.

Pero ¿ella las desmintió? No. Esta es la realidad: las vacunas de ARNm son, por definición, un conjunto de instrucciones genéticas. Eso es lo que es el ARN mensajero (ARNm). Y el ARNm creado por Pfizer o Moderna contiene instrucciones sintéticas que nunca antes habían existido en humanos.

Esto es cierto por diferentes razones, pero la principal es que se sustituye la pseudouridina por uridina para evitar que el ARNm se degrade. El ARNm natural por lo general se destruye muy rápido y esto es por diseño, ya que su cuerpo es muy preciso al momento de producir proteínas y no las produce así porque sí.

Entonces, ¿existe un interruptor de apagado? No, no es así. No existe ningún interruptor de apagado programado en estas vacunas. Dependen de los sistemas de degradación normales de su cuerpo. De hecho, la industria de biotecnología se ha referido a esta reprogramación como un "biorreactor humano".3

Si existiera un interruptor de apagado, los fabricantes ya nos lo habrían asegurado. De hecho, tal vez habrían utilizado la existencia de un interruptor de apagado temporizado para justificar las dosis de refuerzo, pero eso nunca ha surgido. Sabemos con certeza que las vacunas de ARNm duran al menos 60 días y eso es todo lo que tenemos como datos concretos. Lo más probable es que duren seis meses y, en algunos casos, podrían durar años.

¿Es malo hacer preguntas directas y sutiles?

Frenkel afirmó lo siguiente:4

“Cuando llegó el coronavirus el año pasado, el Dr. Mercola apareció en las noticias con publicaciones que cuestionaban los orígenes de la enfermedad. En diciembre, utilizó un estudio que examinó el uso de cubrebocas por parte de los médicos para argumentar que eso no detuvo la propagación del virus.
En lugar de afirmar en línea que las vacunas no funcionan, las publicaciones del Dr. Mercola a menudo hacen preguntas directas sobre su seguridad y analizan estudios que otros médicos han refutado. Facebook y Twitter han permitido que algunas de sus publicaciones permanezcan con etiquetas de precaución, mientras que las empresas han tenido problemas para crear reglas y eliminar las publicaciones que tienen algunos matices”.

Entonces, no solo cometí el "pecado" de advertirle de forma correcta a las personas sobre el fraude de las vacunas, sino que también fui culpable del "crimen" de hacer preguntas sutiles y directas.

Cuando hacer preguntas se considera un acto peligroso y criminal, sabe que vivimos bajo un régimen autoritario. En realidad, está muy lejos de las normas aceptadas de "democracia" y "libertad" de las que Estados Unidos ha sido un modelo desde su creación.

Ineptitud en su máxima expresión

En otra sección del artículo, Frenkel comete un error tan grave que ningún periodista respetable se atrevería a cometer:

“En un correo electrónico, el Dr. Mercola dijo que era 'bastante peculiar para mí que me nombraran como el principal propagador de desinformación'. Algunas de sus publicaciones de Facebook solo les gustaron a cientos de personas, dijo, por lo que no entendía 'cómo esa cantidad tan pequeña de público podría causar tal calamidad a la multimillonaria campaña de vacunación del presidente Biden'.
Los esfuerzos en su contra son políticos, agregó el Dr. Mercola, y acusó a la Casa Blanca de 'censura ilegal al confabularse con las empresas de redes sociales'. No abordó si sus afirmaciones sobre el coronavirus eran fácticas.
'Soy el autor principal de una publicación revisada por pares sobre la vitamina D y el riesgo de COVID-19, por lo que tengo todo el derecho de informar al público y compartir mi investigación médica', dijo. No identificó la publicación y The Times no pudo verificar su afirmación”.

El problema con la afirmación de Frenkel es que sí identifiqué la publicación. De hecho, le envié un correo electrónico con el enlace directo. Así que ella mintió. En segundo lugar, mi artículo es más que fácil de localizar. Solo basta con ingresar mi nombre en el portal PubMed y lo encontrará. Lo crea o no, puede encontrarlo al utilizar el motor de búsqueda más sesgado del mundo: Google.

Daniel Engber, editor sénior de un medio de comunicación convencional, por lo general muy progresista, llamado The Atlantic, comentó sobre la ineptitud o la prevaricación maliciosa de Frenkel:5

“Un momento muy extraño en el artículo del NYT sobre Joseph Mercola, literal, puede verificar en un segundo la existencia de esta publicación revisada por pares a través de Google. pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33142828/

El 26 de julio de 2021, mis abogados enviaron el siguiente aviso legal a Frenkel en el NYT, donde le exigían que se retractara de sus declaraciones falsas:6

“Estimada Sra. Frenkel,
El bufete de abogados que suscribe, representa al Dr. Joseph Mercola en relación con el artículo adjunto que se publicó el 24 de julio de 2021. Le notificamos que ha realizado varias declaraciones falsas y difamatorias en este artículo:
1. Señaló que no podía validar que el Dr. Mercola hubiera publicado un estudio revisado por pares sobre la vitamina D y la gravedad del COVID-19. El Dr. Mercola proporcionó el enlace directo en respuesta a usted (adjunto) y cualquier periodista o verificador de hechos simplemente encontraría el estudio al buscar "Mercola" en PubMed.
2. Su artículo afirma que la FDA multó al Dr. Mercola con "millones" de dólares. Esto es una mentira, ya que el Dr. Mercola nunca ha recibido ninguna multa por la FDA.
... En nombre del Dr. Mercola, le exigimos que se retracte de inmediato del artículo. También le solicitamos que conserve todas las comunicaciones y documentos relacionados con el Dr. Mercola”.

¿Dónde está la prueba de que soy el 'principal difusor de desinformación'?

Hasta el día de hoy, el NYT insiste en que soy el principal difusor de desinformación en línea, según las mentiras de un grupo llamado Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH, por sus siglas en inglés), que según el senador de Missouri, Josh. Hawley, es un "grupo extranjero con financiación oscura".7 Este grupo surgió de la nada para crear listas de personas que se deben censurar para siempre.

La forma en que el CCDH recolecta datos es tan cuestionable que incluso Facebook lo criticó de manera pública. En un informe de Facebook del 18 de agosto de 2021, Monika Bickert, vicepresidenta de política de contenido de Facebook, dejó las cosas claras:8

“En las últimas semanas, ha habido un debate sobre si el problema global de la desinformación sobre las vacunas antiCOVID-19 se puede resolver al censurar a 12 personas de las plataformas de redes sociales. Las personas que defienden esta narrativa sostienen que estas 12 personas son responsables del 73 % de la desinformación sobre las vacunas en Facebook. Sin embargo, no hay evidencia alguna que respalde esta afirmación.
De hecho, estas 12 personas son responsable de casi el 0.05 % de todas las visualizaciones de contenido relacionado con vacunas en Facebook. Esto incluye todas las publicaciones de dicha índole que han compartido, ya sean verdaderas o falsas, así como las URL que tienen algo que ver con estas personas".

En el momento en que Frenkel hizo sus acusaciones, una búsqueda del portal Crowdtangle relacionada con publicaciones hechas en Facebook sobre las vacunas anticovid, desde mediados de junio hasta mediados de julio de 2021, también confirmó que mi alcance en línea era insignificante. En esta búsqueda, Candace Owens encabezó la lista de las publicaciones negativas sobre las vacunas anticovid en Facebook con más visualizaciones, seguida por el principal portal de noticias ABC World News Tonight.9

La realidad aquí es que la mayoría de las personas identificadas como "principales difusores de desinformación", en realidad tienen un alcance insignificante, al menos en comparación con las personas que están en la lista de Crowdtangle. Ninguno de los “principales difusores de desinformación sobre las vacunas”, mencionados por el CCDH, está en la lista anterior, mientras que nuestro alcance no ha mejorado ni ha aumentado desde entonces.

¡Si es el blanco, seguro lo cazarán!

Esto plantea la siguiente pregunta: ¿Por qué nos atacaron? No entiendo cuál es la razón. La verdad, es un misterio, pero lo que está claro es que se nos ha considerado una amenaza para la narrativa de la propaganda oficial, y yo, por alguna razón, ocupo el primer lugar.

Ser un blanco de esta manera, por tedioso que sea, es una insignia de honor. Cada vez compruebo que hago lo correcto y que no he malinterpretado las intenciones detrás de las manipulaciones del COVID. Mi intuición me dice que soy el blanco.

Cada vez está más claro que, un año después, la obra de Frenkel no fue lo que esperaba. Dudo que el documental "Superspreader" del NYT tenga éxito. Como conclusión, si desea tener alguna esperanza de controlar su salud y la de su familia, sería prudente comprender que los medios de comunicación hablan en un doble discurso orwelliano y que la realidad es lo contrario a lo que dicen.