📝HISTORIA EN BREVE

  • Algunos expertos en dietas, como la cetogénica y la carnívora, sostienen que una alimentación que contenga tanto grasas como carbohidratos promoverá el incremento de peso, y esto se debe a lo que se conoce como el ciclo de Randle, que actúa como un interruptor que solo permite que su cuerpo queme grasas o glucosa, pero no las dos al mismo tiempo
  • El ciclo de Randle se refiere a la competencia entre la glucosa y las grasas para actuar como combustible, lo que explica por qué evitar los carbohidratos puede causar resistencia a la insulina
  • La cetosis crónica reduce la sensibilidad a la insulina en los tejidos, lo que puede causar o incrementar el riesgo de resistencia a la insulina
  • Para restaurar la flexibilidad metabólica, puede implementar de forma temporal una dieta baja en carbohidratos. Una vez que se recupera su flexibilidad metabólica, debe reincorporar poco a poco los carbohidratos a su alimentación, ya que eso ayudará a reducir los niveles de cortisol, que es una hormona que causa inflamación
  • Si ya tiene una buena flexibilidad metabólica, tampoco se recomienda que practique la alimentación con restricción de tiempo (TRE), ya que el ayuno prolongado también incrementa los niveles de cortisol

🩺Por el Dr. Mercola

Creo que una de mis cualidades que más les gusta a las personas que siguen mi trabajo es que siempre estoy abierto a la información nueva y, cuando es sólida, siempre trato de hacerla parte de mi vida y compartirla con los demás. Me considero una persona que está en constante evolución y en busca de aprender cosas nuevas, y sé reconocer cuando me equivoco.

Casi toda la información que le compartiré en este artículo la aprendí a principios de este año, y debo decir que cambió de forma radical mi postura sobre el tema de los alimentos como fuente de energía. Este enfoque es muy diferente a lo que solía recomendar, que era una alimentación con alto contenido de grasas y pocos carbohidratos.

Dicho esto, tal vez también recuerde que durante los últimos años he dicho que no es buena idea hacerlo de forma crónica, sino intermitente. Aunque esta estrategia me puso en la dirección correcta, hace poco entendí que no es suficiente y que la mayoría de las personas necesitan comer más carbohidratos.

Cuando me uní a la tendencia cetogénica por primera vez, consumí menos de 50 gramos de carbohidratos al día, durante casi un año, y luego, los siguientes cinco años, comencé a comer 100 gramos al día. En los últimos meses, incrementé mi consumo a 450 gramos al día, y mi fuente principal es la fruta madura.

La verdad es que he notado cambios muy positivos en mis análisis de sangre, un tema del que hablaré a mayor detalle en otros artículos. Debo decir que después de incrementar mi consumo de carbohidratos en un 400 %, experimenté una reducción del 10 % en mis niveles de azúcar en ayunas, y a pesar de que comencé a consumir más calorías, he bajado casi 5 kg, como puede ver, es todo lo contrario a lo que pronosticarían la mayoría de los “expertos”.

Con esto no quiero decir que deje todo y haga lo mismo que yo, pero si ya lleva tiempo con una dieta cetogénica y no ve resultados, podría deberse a que consumir muchas grasas está produciendo efectos negativos, como ralentizar su tasa metabólica, incrementar sus niveles de cortisol y reducir su capacidad para alcanzar su peso ideal.

Tal vez en este momento no le suene lógico todo lo que estoy diciendo, pero le pido que se tome el tiempo que sea necesario para entender la ciencia (sólida) detrás de esta postura.

Entender el trabajo del difunto Ray Peat, que ahora es promovido por Georgi Dinkov, es lo que me abrió los ojos y me hizo cambiar por completo mi alimentación. Ray Peat era un experto en biología que se especializó en la tiroides, mientras que Georgi Dinkov es un experto en el enfoque de “biohacking”. A principios de año, comencé a pasar una o dos horas al día en la página de YouTube de Georgi Dinkov para tratar de entender mejor este tema.1

Y lo mejor de todo es que los globalistas aún no ponen su atención en él, por lo que no tiene ningún tipo de censura y podrá encontrar de forma gratuita horas de información muy valiosa en su canal YouTube, así que solo es cuestión de que se anime a echarle un vistazo.

No obstante, recuerde que cada persona es diferente y tiene una bioquímica única, por lo que deberá personalizar su enfoque según sus necesidades. Ahora bien, muchos de los principios son universales y pueden adoptarse sin problema, y estoy convencido de que si los practica de forma correcta, experimentará mejoras importantes en su tasa metabólica, función mitocondrial, niveles de energía e inflamación.

¿Qué me hizo cambiar de opinión sobre las dietas bajas en carbohidratos?

Uno de los conceptos principales de salud que hizo que reconsiderara mi postura, es la idea de que llevar una alimentación baja en carbohidratos por mucho tiempo es la mejor manera de reforzar la salud de su metabolismo y mitocondrias.

Ahora entiendo que no es así, y la razón es que su cuerpo necesita glucosa, y cuando no la obtiene de los alimentos, podría entrar en coma hipoglucémico y morir. Claro que el cuerpo hará lo posible por defenderse y el cortisol es su arma principal.

En la facultad de medicina nos enseñan que el cortisol es un glucocorticoide, gluco significa glucosa (azúcar) y cortico significa que proviene de la corteza suprarrenal. Aunque también se puede referir a los esteroides. Nos dijeron que el cortisol se encarga de mantener la homeostasis de la glucosa, pero nos hicieron creer que su objetivo principal era combatir la inflamación. 

Pues, no es así. Aunque el cortisol sí influye en el equilibrio de la glucosa, su objetivo principal es incrementar los niveles de azúcar cuando están demasiado bajos y no tiene suficientes reservas de glucógeno en el hígado.

¿Cuál es su mecanismo exacto?

¿Cómo incrementa los niveles de azúcar? Pues, lo hace al descomponer los músculos, los huesos y el cerebro. Absorbe compuestos importantes de la masa muscular magra para liberar aminoácidos que su hígado convierte en glucosa, en un proceso que se conoce como gluconeogénesis.

Y, a la larga, también producirá inflamación, lo que dañará la función inmunológica. No solo eso, sino que también incrementa el antojo por la comida. Esto significa que debe mantener sus niveles de cortisol bajo control. Durante mucho tiempo, recomendé la dieta baja en carbohidratos, pero hace poco entendí que no es saludable implementarla a largo plazo.

En ese momento no sabía que, como energía, la glucosa es muy superior a la grasa. Y lo mismo ocurre con el ayuno. Tanto la dieta baja en carbohidratos como el ayuno son excelentes estrategias a corto plazo para personas con sobrepeso y mala flexibilidad metabólica.

Sin embargo, una vez que recupera su flexibilidad metabólica, debe volver a consumir carbohidratos saludables o, de lo contrario, estas estrategias no servirán de nada y solo deteriorarán la salud de su metabolismo y mitocondrias.

El cortisol también influye mucho en el proceso de envejecimiento. Si mantiene sus niveles elevados, incrementa su riesgo de morir de forma prematura, ya que es una hormona muy catabólica, es decir, que descompone los tejidos de su cuerpo. Esto significa que, si quiere mantenerse sano con el paso de los años, necesita un entorno anabólico que lo ayude desarrollar tejidos saludables, como los músculos y las mitocondrias. Por lo tanto, los niveles elevados de cortisol son un gran obstáculo para lograrlo.

Todo lo que debe saber antes de incrementar su consumo de carbohidratos

Como puede ver, es muy importante que haga todo lo posible por mantener bajos los niveles de cortisol y de inflamación crónica. No obstante, si lleva una dieta con alto contenido de grasas, sería un gran error incrementar de golpe su consumo de carbohidratos. Hice este experimento a mediados de los años 80, después de leer el libro titulado "Fit for Life" de Harvey y Marilyn Diamond.

En el libro, recomiendan solo desayunar fruta, y eso fue lo que hice. Luego, me hice los análisis correspondientes y descubrí que mis perfiles de lipoproteínas y triglicéridos en ayunas habían alcanzado un nivel muy poco saludable. Por lo tanto, concluí (de forma prematura) que consumir muchas frutas no era saludable y, durante casi cuatro décadas, llevé una dieta baja en carbohidratos.

Un día me encontré con el trabajo de Ray Peat, y después de analizarlo, mi perspectiva cambió por completo. Ahora entiendo que me faltaban algunas partes del rompecabezas y que no tenía la estrategia completa. Después de todo lo que aprendí, empecé a comer casi a diario de 1 a 2 kg de sandía alrededor de las 5:30 de la mañana como mi primera comida del día, luego, una o dos horas más tarde, como tres huevos, 230 gr de arroz blanco y unos 60 gr de jarabe de maple.

Suena como muchos carbohidratos ¿no lo cree?  Pues, más tarde como otras frutas, por lo que mi consumo total de carbohidratos al día es de unos 475 gramos. Si se pregunta qué impacto ha tenido esta estrategia en mi peso y mis niveles de azúcar, pues solía pensar que mis casi 87 kg eran muy saludables, ya que alcancé ese peso gracias a que incrementé mi masa muscular, pero desde que comencé a implementar esta estrategia, bajé alrededor de 5 kg y ahora peso 82, pero mi masa muscular se mantuvo igual. Además, mis niveles de azúcar en ayunas bajaron 10 puntos y, hasta la fecha, esta estrategia ha sido muy beneficiosa para mi salud. 

Este interruptor metabólico hace toda la diferencia

A ​pesar ​de ​que ​es ​otro ​de ​los ​principios ​más ​importantes ​de ​la ​ciencia ​de ​los ​alimentos, ​hasta ​hace ​poco, ​logré ​entenderlo ​mejor. Creo que es algo que tampoco saben muchos médicos que se especializan en medicina natural.

Hay ​una ​buena ​razón ​por ​la ​que ​las ​dietas ​bajas ​en ​carbohidratos ​han ​ayudado ​a ​decenas ​de ​millones ​de ​personas ​a ​mejorar ​su ​salud: ​existe ​un ​interruptor ​que ​determina ​qué ​tipo ​de ​energía ​queman ​sus ​mitocondrias, ​ya ​que ​solo ​pueden ​quemar ​una ​a ​la ​vez: ​grasa ​o ​glucosa. Y aquí está la clave, su cuerpo solo puede quemar un combustible a la vez, ya sea grasa o glucosa.

Este interruptor se conoce como el ciclo de Randle y, en palabras más simples, es como un interruptor de ferrocarril que cambia las vías del tren, y claro que el tren solo puede viajar por una vía. Pues, lo mismo sucede con sus mitocondrias, solo pueden quemar un tipo de combustible a la vez.

En el mejor de los casos, metabolizan o queman glucosa sin causar estrés reductor. En ​este ​caso, ​solo ​se ​produce ​un ​0.1 % ​de ​especies ​reactivas ​de ​oxígeno ​(ROS).

Esta ​vía ​no ​solo ​genera ​menos ​ROS, ​sino ​que ​también ​estimula ​la ​producción ​de ​energía ​al ​crear ​de ​36 ​a ​38 ​trifosfato ​de ​adenosina ​(ATP) ​por ​cada ​molécula ​de ​glucosa ​que ​se ​metaboliza. Además, producirá agua metabólica y dióxido de carbono, que también son importantes para su salud.

Para que esto suceda, necesitará consumir menos del 30 % de sus calorías en forma de grasa. Si consume una mayor cantidad, el interruptor cambia sus mitocondrias a modo de quema grasa y no volverán a quemar glucosa hasta que disminuya su consumo de grasa a menos del 30 % de sus calorías totales.

Dado ​que ​la ​glucosa ​no ​puede ​llegar ​a ​las ​mitocondrias ​para ​quemarse, ​regresa ​al ​torrente ​sanguíneo, ​lo ​que ​incrementa ​los ​niveles ​de ​azúcar que, a su vez, incrementa el riesgo de diabetes. La ​poca ​glucosa ​que ​se ​quema ​como ​energía ​es ​a ​través ​de ​la ​glucólisis, ​que ​es ​una ​vía ​primitiva ​que ​utilizan ​las ​bacterias ​y ​las ​células ​de ​cáncer.

No me malinterprete, es genial que tengamos esta vía, ya que ayuda a producir de forma rápida la energía que necesita cuando activa sus fibras musculares Tipo II. Sin embargo, cuando se convierte en su mecanismo principal para quemar glucosa es porque su metabolismo está en un muy mal estado, ya que está creando una gran cantidad de ácido láctico como producto de desecho en lugar del CO2 saludable, además, solo genera dos ATP por cada molécula de glucosa, que es un 95 % menos energía.

Por su parte, el ácido láctico estimula el estrés reductor, lo que provoca un flujo de electrones inverso en las mitocondrias que también produce este tipo de estrés, lo que incrementa el ROS de un 3 % a un 4 %, que es de 30 a 40 veces mayor que cuando las mitocondrias queman la glucosa. Tal vez le parezca que el tema sobre el estrés reductor (que es lo opuesto al estrés oxidativo) es algo confuso.

La importancia del ácido láctico y del CO2

Recuerde, cuando sus mitocondrias queman glucosa de manera efectiva, no solo se convierte en 36 a 28 ATP, sino que cuando los electrones de la glucosa llegan al oxígeno, se produce agua metabólica (sin deuterio) y dióxido de carbono.

Esto es muy importante, ya que el dióxido de carbono estimula la biogénesis mitocondrial, lo que incrementa la cantidad de mitocondrias y ayuda a producir aún más energía.

No obstante, cuando no quema glucosa de manera efectiva sucede todo lo contrario, solo se producen dos ATP y, en lugar de crear dióxido de carbono que es beneficioso, se produce ácido láctico que es dañino, lo que deteriora sus mitocondrias y las mata de forma prematura.

El ciclo de Randle en palabras de Georgi Dinkov

El Dr. Paul Saladino, quien es un activista que está en contra del veganismo, entrevistó a Georgi Dinkov sobre el ciclo Randle. En esta entrevista, Georgi Dinkov afirmó lo siguiente:

“Primero que nada, quiero tocar el tema de la leche entera, se dice que engorda debido al ciclo de Randle, y eso no es cierto, ya que, si lee bien la etiqueta, contiene como 5 gramos de grasa y 12 gramos de carbohidratos por porción, por lo que proporciona más carbohidratos.

Luego está el tema de la carne, la mayoría contiene poca grasa y casi toda se compone de ácidos grasos de cadena corta que no pasan por el ciclo de Randle, ya que se transportan a las células a través de otro mecanismo, el L-carnato.

Se metabolizan de manera similar al azúcar y, al parecer, no entran en el ciclo de Randle. La pregunta sería es ¿qué activa el ciclo de Randle? Cuando oxida una mayor cantidad de grasas, se desactiva el modulador redox del conductor maestro, que es la proporción de NAD y NADH, en las mitocondrias. (En otras palabras, mientas más NAD+, mejor).

En esencia, la proporción de NAD y NADH, que indica el estado de su metabolismo, es la forma principal de determinar si la piruvato deshidrogenasa (PDH) aceptará piruvato y lo convertirá en acetil-CoA, y si luego continuará con el ciclo de Krebs en la cadena de transporte de electrones o no.

El piruvato es una molécula de tres carbonos que se produce cuando se descompone la glucosa. Mientras que la PDH es la enzima que convierte el piruvato en acetil-CoA para que pueda entrar en las mitocondrias y quemarse de manera efectiva. Cuando no tiene PDH, su cuerpo comienza a utilizar grasa.

En otras palabras, cuando hay mucha oxidación y tiene una proporción con más NAD que NADH (es decir, niveles elevados de NAD+), se estimula la piruvato deshidrogenasa y se mantiene un equilibrio, ya que no acumulará piruvato ni producirá lactato.

Pero si lleva una alimentación con alto contenido de grasas, se producirá un desequilibrio en la proporción de NAD y NADH que alterará todo, se acumulará más piruvato y se acumulará más ácido láctico. Esto significa que se activó el ciclo de Krebs debido al acetil-CoA que se produce de la oxidación beta, y así es como se oxidan los ácidos grasos.

En eso consiste el ciclo de Randle. En teoría, si tiene niveles elevados de glucosa puede ganarle la partida a los ácidos grasos libres para que oxide más glucosa que grasa, pero todo eso depende de cuánta glucosa entra en la célula.

Y, por desgracia, cuando lleva una dieta con alto contenido de grasas y tiene niveles elevados de lipólisis, las células no absorben casi nada de glucosa.

Los ácidos grasos libres no sólo bloquean el metabolismo de la glucosa, sino que también evitan que la célula la absorba, lo que inhibe sus efectos positivos, y ya no pueden competir con los ácidos grasos libres.

En otras palabras, tener demasiada grasa evita que la glucosa se absorba y se utilice, mientras que la poca glucosa que llega a absorberse se convierte en subproductos dañinos, como el ácido láctico".

Para resumir toda esta explicación tan compleja de Georgi Dinkov sobre el ciclo de Randle: a) las grasas tienen un efecto directo en su peso; y b) las grasas limitan su capacidad para metabolizar la glucosa. Esto se debe a que cuando más del 35 % de sus calorías provienen de las grasas, el ciclo de Randle funciona bajo esta vía. Y, aunque metabolice pequeñas cantidades de glucosa, el cuerpo la convertirá en grasa, no en ATP, agua y dióxido de carbono.

Recuerde que la PDH transforma el piruvato (un subproducto de la glucosa) en acetil-CoA, pero tener niveles elevados de grasa inhibe esta enzima, por lo que no se produce el acetil-CoA que necesitan sus mitocondrias para funcionar de forma correcta. Y no solo eso, sino que el piruvato se metaboliza en lactato. Además, todo este proceso daña y ralentiza el metabolismo, promueve el incremento de peso y reduce la capacidad de producir energía en las células.

En conclusión, cuando más del 30 al 35 % de sus calorías provienen de las grasas, sus células se ven obligadas a quemar grasa como combustible principal y a dejar la glucosa en un segundo plano, que es su combustible ideal.

Estrategias simples para estimular su metabolismo

Por supuesto que la estrategia más poderosa para reforzar la salud de su metabolismo es evitar el ácido linoleico. Y aunque es imposible evitarlo por completo, ya que se encuentra en casi todos los alimentos, debe hacer lo posible por mantener sus niveles por debajo del 2 % de sus calorías diarias. Esto significa evitar TODOS los alimentos procesados ​​y la mayoría de las comidas de restaurantes.

Además de esta estrategia, hay otra que beneficiará a casi todas las personas: tomar un suplemento de vitamina E de alta calidad una vez al día. ¿Por qué? Porque casi todas las personas tienen entre 20 y 30 veces más ácido linoleico del que deberían, y la vitamina E no solo evita que se libere de las células de grasa, sino que en caso de que se libere, evitará que se convierta en metabolitos de ácido linoleico oxidado.

Dado que la mayoría de los suplementos de vitamina E son de la mala calidad, esto es lo que debe buscar al momento de comprar: que la mayor parte del isómero de vitamina E sea alfa tocoferol, por lo general alrededor de 150 unidades. También debe contener los otros isómeros de tocoferoles: el alfa, beta y gamma, pero en dosis mucho más bajas, junto con los tocotrienoles alfa, beta y gamma. Y, por último, solo debe tener el isómero "D". Evite todos los suplementos de vitamina E que son “DL”, ya que suelen contener un 50 % de un isómero que es mejor evitar.

Otra estrategia importante es optimizar sus niveles de NAD+, ya que también evita que las células grasas liberen ácido linoleico. Por desgracia, los niveles de NAD+ comienzan a disminuir con la edad, lo que tiene un impacto negativo en la producción de ATP, que es el tipo de energía que utilizan las células para funcionar de forma correcta.

Por suerte, hay una forma muy económica de revertir este problema: tomar 50 mg de niacinamida tres veces al día. Recuerde que cuando se trata de este nutriente, no aplica la frase "mientras más, mejor", así que evite las tabletas de 500 mg, ya que tendrán un efecto contraproducente en sus proteínas de la longevidad. Por lo general, 1/64 de cucharadita de niacinamida en polvo equivale a 50 mg.

Por último, la aspirina puede ser una gran forma de inhibir la lipólisis del ácido linoleico.

El problema de las dietas bajas en carbohidratos

Ya había hablado del ciclo de Randle durante mi entrevista con Georgi Dinkov. En esa entrevista, Georgi Dinkov aclaró varios aspectos que pueden causar confusión, incluyendo los siguientes:

• La dieta baja en carbohidratos es una excelente intervención a corto plazo para las personas con sobrepeso y resistencia a la insulina. Reducir los carbohidratos ayudará a restablecer su metabolismo y recuperar su flexibilidad metabólica. Aquí la clave está en el término "corto plazo", ya que practicar este tipo de dieta por mucho tiempo podría ser contraproducente, sobre todo si también hace mucho entrenamiento de resistencia.

Esto se debe a que cuando consume pocos carbohidratos, se activa la lipólisis, lo que provoca que las células liberen ácidos grasos poliinsaturados que causan inflamación, como el ácido linoleico, que luego se convierte en metabolitos de ácido linoleico oxidados que dañan sus tejidos.

Además, los ácidos grasos poliinsaturados como el ácido linoleico no se digieren, sino que se almacenan.2 De hecho, casi toda la grasa corporal de las personas con obesidad se compone de este tipo de ácidos grasos y no de grasas saturadas. La mayor parte de la grasa saturada se quema (oxida) y se agota. Por lo tanto, la mayoría de las personas tienen demasiado ácido linoleico y deben hacer lo necesario para reducirlo a un nivel seguro de 1 % a 2 %.

• El ayuno crónico y la alimentación con restricción de tiempo extrema pueden ser contraproducentes en personas con una buena flexibilidad metabólica, ya que también ayudan a eliminar el ácido linoleico de sus células.3,4,5,6,7,8,9,10 Un ejemplo de la alimentación con restricción de tiempo extrema es el protocolo de una comida al día, en el que se ayuna por 22 horas o más. Georgi Dinkov cree que esto es demasiado extremo para la mayoría de las personas.

La vida media de los ácidos grasos poliinsaturados (como el ácido linoleico), que se adhieren a las membranas de las células, es de unos 680 días. Esto significa que le tomará cerca de siete años eliminar este ácido graso de su cuerpo, siempre y cuando deje de consumirlo. Creo que eliminar el ácido linoleico de su cuerpo debería ser una de sus prioridades de salud, ya que causa niveles elevados de inflamación e impide que sus mitocondrias y células funcionen de forma correcta. Sin embargo, debe hacerlo poco a poco.

No obstante, si tiene niveles muy elevados de ácido linoleico, debe tener mucho cuidado con la estrategia que elige. Desea evitar la lipólisis excesiva, es decir, cualquier situación que agote sus niveles de glucógeno, lo que puede ocurrir cuando no come durante períodos prolongados, lleva una dieta baja en carbohidratos o cuando hace mucho ejercicio, sobre todo en ayunas.

• El ayuno crónico y la dieta baja en carbohidratos a largo plazo también incrementan los niveles de cortisol, lo cual promueve la inflamación y el almacenamiento de grasa. Los niveles elevados de cortisol también son muy catabólicos y reducen la masa muscular magra para que el hígado pueda producir glucosa. Por estas razones, las dietas bajas en carbohidratos y el ayuno deben ser una estrategia temporal, mientras recupera su flexibilidad metabólica.

La mejor estrategia para reducir los niveles de ácido linoleico

Entonces ¿cuál es la mejor forma de reducir los niveles de ácido linoleico? En este caso, el ayuno crónico y el ejercicio intenso podrían ser contraproducentes. Recuerde que una salud óptima no es algo que se logre de la noche a la mañana y, como dije antes, le tomará años eliminar el ácido linoleico de su cuerpo. Georgi Dinkov recomienda esta estrategia:

  • Desarrollar músculo y optimizar su masa muscular magra
  • No ayunar por más de 16 horas
  • Evitar todos los alimentos procesados, comidas de restaurantes, condimentos y alimentos que provenga de animales que se crían de forma convencional, como el pollo y el cerdo, ya que contienen mucho ácido linoleico.
  • Llevar una dieta que se componga de un 15 % de proteínas, menos de 35 % de grasas y el resto en forma de carbohidratos de fuentes como frutas maduras, algunos vegetales y almidones bien cocidos con bajo contenido de oxalatos. Evitar todos los azúcares procesados, ya que suelen contener mucho jarabe de maíz de alta fructosa que estimula la producción de endotoxinas en el intestino

En resumen, las estrategias temporales como la alimentación con restricción de tiempo (seis a ocho horas) y el ayuno, solo se recomiendan para las personas con resistencia a la insulina y una mala flexibilidad metabólica, que es el caso de hasta el 95 % de la población.

Sin embargo, una vez que recupere la sensibilidad a la insulina y la flexibilidad metabólica (lo que suele tomar unas cuantas semanas), debe incrementar su periodo de alimentación a entre 8 y 12 horas con el fin de evitar los niveles elevados de cortisol, los cuales causan inflamación crónica que daña los tejidos y que provocan que acumule más grasa.

Cuando deja de comer carbohidratos, su cuerpo no recibe los nutrientes que necesita para producir glucosa, por lo que sus órganos incrementan los niveles de cortisol como una forma de compensarlo. Esto significa que, cuando recupere su flexibilidad metabólica, debe dejar de ayunar de forma prolongada.

Pero ¿por qué estrategias como la alimentación con restricción de tiempo y el ayuno crónico incrementan los niveles de cortisol? Primero que nada, el cortisol es una hormona muy poderosa que tiene como objetivo descomponer la masa muscular magra y los huesos para obtener los aminoácidos que necesita el hígado para producir glucosa, esta es su función principal. Tener niveles demasiados bajos de azúcar puede provocar la hipoglucemia y la muerte. Su cerebro necesita azúcar, y cuando no la obtiene, todo deja de funcionar.

Por lo general, toma unas cuantas semanas recuperar la flexibilidad metabólica. Durante esos primeros tres a seis meses, solo coma dentro de un periodo de seis a ocho horas. Una vez que recupere su flexibilidad metabólica, incremente su periodo de alimentación. Hace poco, comencé a alternar mis periodos de alimentación y, ahora, como en un periodo de más de ocho horas al día, pero en verano lo incremento a casi 12 horas.

De manera curiosa, un estudio reciente demostró que una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos reduce el riesgo de muerte en un 30 %, mientras que una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos incrementa el riesgo de muerte en un 30 %.11,12 Claro que la decisión es suya, pero estoy convencido de que consumir más carbohidratos saludables que grasas es una excelente forma de reforzar la salud de su metabolismo.